Convocada por la Comisión del 8M, la jornada ha vuelto a ser histórica, como la del último año, cuando por primera vez se convocó huelga y fueron cientos de miles de mujeres las que salieron a la calle en todo el territorio.
Planteada de forma multidimensional desde el lema ‘Si las mujeres paramos, se para el mundo’, se han producido paros tanto parciales como durante las 24 horas.
Múltiples colectivos se han sumado a la causa organizándose para apoyar la movilización, y durante desde primera hora se han sucedido los eventos, con lecturas de manifiestos, actuaciones y comidas populares.
Para analizar el 8M, rostros femeninos famosos nos explican su alcance, sus causas y su repercusión:
"Yo creo que este día es un día de reivindicación en el que hay que reivindicar cosas que son muy básicas, que son lo que implica el feminismo, que es igualdad, nada más. No decimos que queremos más o mejor, o quitar, sino que lo que queremos son las mismas oportunidades", explica Arantxa Echevarría, ganadora del Goya 2018 a Dirección Novel y Mejor Guion, analizando el 8M.
"Yo creo que si a ti te dijera que en España todos los morenos van a cobrar la mitad de sueldo que los rubios no le encontraríamos sentido. Pues en España pasa eso con la mujer", denuncia, criticando que “por ser mujer naces en una línea de salida un poco más atrás”. “Tienes que correr más para llegar a la meta y a veces no llegas de puro cansancio”.
A este respecto, reivindicando el discurso que pronunció en los Goya, reitera, como en aquella ocasión, “que la madurez y la inteligencia de la sociedad se mide por el sitio en que la mujer está en ella”.
Criticando la condescendencia que ha sufrido a veces en las productoras y la diferencia en el trato que reciben mujeres y hombres en algunas ocasiones, Echevarría defiende el papel que puede ejercer el cine, entre otros entornos audiovisuales, para crear referentes y ayudar a avanzar a la sociedad en el camino correcto.
Analizando los problemas en materia de igualdad entre hombres y mujeres, considera que es “un problema de educación”, de la educación que hemos recibido todos. “Yo soy machista. Muchas veces me he dado cuenta. Me han ofrecido un proyecto y he dicho: 'uy, soy una chica, ¿seré capaz de hacerlo?'”, ha reconocido. “Por supuesto que soy capaz de hacerlo”.
No obstante, sí reconoce que la sociedad ha avanzado en este sentido. “Por supuesto. Hemos avanzado pero tenemos que seguir avanzando”, enfatiza, revelando su temor a este respecto: “A mí me da miedo que los pequeños hitos conseguidos son muy frágiles y que cualquier cosa que pueda suceder de pronto puede cambiar y transformar todo eso".
“Yo he tenido que venir, llegar a mi país y ser campeona del mundo para que me pusieran una portada de un periódico nacional. Pero he tenido que ser campeona del mundo” critica Lydia Valentín, campeona europea, mundial y olímpica de halterofilia, a la hora de analizar la situación actual en España en materia de igualdad entre hombres y mujeres, sea en el sector que sea.
Centrándose en su deporte, explica su caso: “Realmente tienes menos visibilidad. Es un deporte que en España no tiene mucha tradición y es obvio que tienes que conseguir para que le den esa cobertura y esa visibilidad”.
En este contexto, recalca que cualquier deportista español o española “inspira”. “Inspira ver un partido de bádminton a Carolina Marín; inspira ver nadar a Mireia Belmonte; inspira ver jugar a Garbiñe Muguruza; inspira ver ganar el mundial a Sandra Sánchez en Kárate; inspira cualquier mujer con talento”, subraya.
Sin embargo, aún estamos muy lejos de interiorizar el mensaje. “Creo que al final no hay igualdad. En muchos deportes no lo hay. Por eso hay muchas deportistas que reivindican eso, porque lo han vivido en sus carnes", denuncia.
En este sentido, Lydia, “la primera española, la primera mujer en conseguir una medalla en un deporte dirigido a los hombres”, insiste en que lo que se ha de valorar es “el talento de la persona, no su sexo”. Por eso, insiste en ello lanzando un mensaje claro: "Creo que es muy importante que crean que se puede, y que puedes hacer cualquier tipo de deporte y puedes conseguir tus sueños seas mujer o seas hombre”.
"Todavía no podemos salir a la calle tranquilas, en realidad. Yo voy por la calle muchas veces por la noche y no puedo evitar mirar a mi alrededor. Yo creo que todavía, que esas cosas sigan pasando y que mujeres como yo vayan solas por la calle y tengamos esa sensación dentro es porque todavía quedan cosas que hacer", inicia Ángela Ponce, modelo española y primera mujer transexual en participar en el concurso de Miss Universo, al ser preguntada por el 8M y sus reivindicaciones.
"Yo las experiencias negativas que he podido tener por el hecho de ser mujer son dobles, porque son mujer y además soy mujer trans. Entonces, me enfrento a muchos más prejuicios, a muchas más barreras, y hay muchas cosas a las que igual puedes llegar a cerrarte. Porque de alguna forma yo siempre he sentido que estás condenada a tener que dar explicaciones. Por ejemplo, al conocer una persona siempre tienes el miedo de 'cómo se lo tomará, cómo no se lo tomará, se lo cuento o no se lo cuento...' porque al final, la sociedad, a las mujeres trans nos ven de una forma, y ven que tenemos que llevar un cartel en la frente", denuncia, reflejando las duras situaciones que con las que ha tenido que lidiar y con las que todavía sigue lidiando.
“Siempre está el típico piropo que consideramos más baboso con el que te puedes llegar a sentir ofendida. Por ejemplo, cuando la gente a mí me dice: ‘estás muy guapa, no se te nota nada’. Aunque me lo dicen en forma de piropo para mí no es un piropo porque, ¿por qué se me tiene que notar?”, critica.
Pese a ello, ella también reconoce cierto avance en este camino por la igualdad. “Se ha avanzado bastante”, dice, pero, como el resto de las entrevistadas, subraya que aún quedan “muchas cosas por hacer”. “Se dan tres pasitos adelante pero luego se dan dos hacia atrás”, lamenta, aunque subraya que “por lo menos se ha conseguido uno”.
“Ya el hecho de que haya menores trans es algo que no nos escandaliza tanto como cuando yo era pequeña. Yo siento que he podido romper un techo de cristal. No solamente por el hecho de llegar a Miss Universo, sino porque he llegado ahí demostrando que no hay una sola forma de ser humano y no hay una sola forma de ser mujer. Hay muchos tipos de mujeres", defiende.
“El Día Internacional de la Mujer es sobre todo un recuerdo. El recuerdo de todo lo que han hecho por nosotras las mujeres que vinieron antes, y los hombres", explica la cantautora Rozalén, defendiendo el movimiento del 8M.
“Creo que no hay mujer que no haya vivido en su piel un mínimo de humillación por el hecho de ser mujer. Quien dice que no le ha pasado de verdad que no me lo creo, porque es una cultura que está demasiado arraigada. Y además, cuando a veces hemos recibido esa humillación en ocasiones no son ni conscientes, ni hay una mala intención detrás, pero existe”.
Analizando la situación, Rozalen también afirma que "cada vez estamos más cerca en muchas cosas”, pero incide en que “sigue habiendo muchas diferencias”. “Un ejemplo que yo siempre pongo son las alfombras rojas. Yo lo paso fatal porque estamos superpendientes. Pasamos casi meses preparando lo que nos vamos a poner, porque sé que da igual lo que me ponga que van a estar hombres, y muchas mujeres, criticando mi manera de vestir, mi aspecto físico; mi cuerpo como objeto", lamenta.
Esperanzada en que la forma de educar a las nuevas generaciones sirva para que las cosas cambien de la forma en que deben de hacerlo, la cantautora, no obstante, expresa su miedo a “lo que está resurgiendo en el extremo, que quiere tirar por la borda todo ese trabajo y confundir con los conceptos”, lo que califica de “macabro”.
"Para mí el feminismo es sinónimo de igualdad. Es la lucha por los mismos derechos de hombres y mujeres, y yo hasta me atrevería a decir de todos los colectivos".
Enfatizando que la falta de igualdad real entre sexos es algo que trasciende a nuestras fronteras, echa la vista atrás para recordar el histórico 8M de 2018.
“Ha sido de los días más esperanzadores que recuerdo. También, a nivel personal, fue la primera vez que yo vi frases mías en manifestaciones, por ejemplo. Y veníamos de un año en el que la palabra 'feminismo' era la más buscada en Internet. Nos estábamos atreviendo un montón de mujeres a hablar. Eso que parece tan simple es tan importante…” afirma.
“El Día de la Mujer es un símbolo que durante décadas y siglos llevan adelante las mujeres para defender la igualdad de derechos en un mundo que sigue estando dominado por los hombres, pero en el cual cada vez avanzamos más para reclamar las cuotas de poder, de presencia y de visibilidad que necesitamos”. Así lo define la escritora Montserrat Domínguez, quien incide en que “este año es importante reivindicar que no podemos dar ni un paso atrás”.
“El año pasado fue muy emocionante. Es verdad que en España y otros lugares del mundo se produjo una movilización sin precedentes. Hubo muchas mujeres que despertaron y que dijeron ‘ya no me resigno’, ‘ya no me callo’, ‘ya no voy a esperar’. Este año es muy importante seguir enviando el mensaje de que estamos ahí, de que no nos conformamos con un éxito como el que fue el del 8 de marzo del pasado año”.
En este sentido, asegura ser “muy optimista respecto a que es difícil dar pasos atrás cuando se avanza de una manera social tan potente”, pero admite “con mucha tristeza” estar preocupada por el futuro.
“Para mí el feminismo es el movimiento que reclama y que lucha porque los derechos de los hombres y de las mujeres sean iguales”, explica, pero, como recalca, “esto, en las leyes existe, está reflejado. En la realidad, por desgracia, no es así”.
Pese a todo, del mismo modo incide en que “España ha sido uno de los países pioneros en la lucha contra el machismo, en la lucha contra la violencia de las mujeres”. “Eso a veces nos cuesta reconocerlo cuando ves las cifras. Lo cierto es que hay muchos países en nuestro entorno que hasta hace muy poquito tiempo ni siquiera contabilizaban a las mujeres muertas por violencia de género, lo cual es una herramienta fundamental para entender cuál es la magnitud del problema. Hay muchos hombres que han descubierto que esta es su lucha también, su lucha para hacer un entorno y una sociedad mejor para todos”, sostiene, destacando que “es fundamental que los hombres sean cómplices de ésta lucha”.
“Yo sí que percibo, sobre todo de los más jóvenes, también los de mi generación, que se han comprometido en este avance social, que es para las mujeres y redunda en beneficio de todos. Creo que tenemos gasolina de sobra ante los riesgos que tenemos por delante de dar pasos atrás, de esa contra-reacción que viene por parte de la política, para que éste año vuelva a ser una movilización importante”, sentencia.
"El día 8 de marzo para mí es un día reivindicativo donde las mujeres pedimos que haya igualdad real, porque todavía, en la mayor parte de las profesiones, aunque haya igual número de mujeres que de hombres, en los puestos de poder, en los puestos de toma de decisiones, los puestos mejor pagados... todavía están mayoritariamente ocupados por hombres", denuncia María A. Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, indicando que “en el mundo de la ciencia es igual”.
"Cuando llegas a los puestos de más poder, de toma de decisiones, –llegar a ser directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas–, sí que he notado más comentarios que pueden ser tildados de machismo o micromachismo. Hay hombres que tienen problemas con que haya una mujer, más joven que ellos incluso, que esté por encima en la toma de decisiones. Creo que todavía hace falta que haya más mujeres arriba para que sea algo más normal, para que no se vea como algo extraño todavía que haya una mujer en un puesto de responsabilidad. Es importantísimo para que sean modelos para otras mujeres y hombres".
"Hay muchas cosas todavía que quedan por reivindicar. Creo que la más importante es reconocer que el mundo está todavía en manos de hombres. Es un mundo todavía muy patriarcal", apunta, considerando que "estamos avanzando, pero muy poco a poco", sentencia.
“Para que haya más mujeres en puestos directivos, en puestos clave de decisión, lo primero que tiene que haber es más base de mujeres en las empresas. Quiero decir, es difícil que haya un 50% en puestos directivos si hay un 20% en los puestos base”, explica Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España, ahondando en la desigualdad laboral existente.
"Yo creo que se puede hablar de techo de cristal. No tengo muy claro si es un techo de cristal que viene impuesto desde fuera a las mujeres, o que tamién las mujeres nos autoimponemos en cuanto a que nos creamos barreras o nos sentimos limitadas, o que no creemos suficientemente en nuestras capacidades para llegar a donde queramos".
A este respecto, Santamaría indica que sí que considera que hay ciertas barreras, sobre todo, "en la conciliación", esto es, "en conseguir compatibilizar la vida familiar con la vida profesional", llamando a "no ponernos límites y conseguir corresponsabilidades en la familia y que eso sea un ejemplo para las generaciones más jóvenes". "El tener hijos no es un capricho. Yo creo que es también una función social y tiene que ser apoyado desde todos los ámbitos para que permita a la mujer crecer y permita a la sociedad crecer", sentencia, señalando, como el resto de las entrevistadas, que "aún queda mucho terreno por ganar en muchos ámbitos, y estos días sirven para dar visibilidad y hacer ver a la sociedad que hay que seguir trabajando en esa línea".
"Desde el año pasado, el Día de la Mujer significa algo diferente. Yo creo que el año 2018 fue como un año violeta, porque fue la explosión del sentimiento de la reivindicación del feminismo por muchísimas mujeres, y muy especialmente por muchísimas mujeres jóvenes", explica la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
“Si vives desde haber llegado al primer juzgado de instrucción… era la primera jueza mujer que llegaba. Entonces allí me decían ‘hasta ahora la jueza era la mujer del juez. Usted es la jueza por primera vez’. A mí me ha tocado vivir todo esto", dice, afirmando que "es bastante claro que las mujeres siguen siendo, en primer lugar, las cuidadoras de carácter general. El noventa y tantos por cientos de las excedencias que se piden para el cuidado son mujeres las que lo piden. Entonces, hay que generalizar los cuidados; hay que repartirlos. Hay que conseguir que la sociedad se impregne de esa cultura del cuidado", insiste.
Adentrándose en la discriminación a la mujer y la desigualdad laboral, Carmena recuerda: "Cuando viví las primeras discriminaciones fue cuando, con la carrera de Derecho acabada, fui a pedir un trabajo que vi que se anunciaba en una compañía de seguros, y tuve la primera sorpresa de que la primera pregunta fue que si tenía novio. Entonces, yo dije que sí y me dijeron: 'pues entonces ya no la contratamos'".
En este contexto, lamenta que "los valores del feminismo no están todavía generalizados", y pone el foco en un grave problema: "Hay que acabar con la violencia. La violencia contra las mujeres, en todo el arco, desde los actos pequeños hasta en los gestos gravísimos. No tiene sentido que la mujer pueda ser todavía vista por determinados sectores de hombres como un objeto", sentencia.
Por último, analizando los movimientos sociales y políticos, Carmena señala que "cuando hay un gran avance social puede haber movimientos conservadores que intenten parar ese movimiento social, y puede ser que en este momento estemos viviendo en España algún intento de los movimientos más ultraconservadores de parar una corriente progresista de la evolución de la sociedad, que es el feminismo". No obstante, en este sentido se manifiesta "segura de que se resolverá positivamente, como se han resuelto todos los grandes movimientos progresistas de la humanidad".
"Hace muchos años que yo no veía tanta emoción, tanta participación y tanto contenido real en el Día de la Mujer. Cuando estábamos en la transición tenía esa misma tensión álgida, esa sensación de que estábamos cambiando el mundo", explica la escritora Rosa Montero, analizando el 8M.
"A mí me indigna que la gente no haga el esfuerzo de pensar. En temas como estos, prejuicios milenarios como el del sexismo y el machismo, la gente dice unas tonterías tan inconmensurables que si solo se pararan a hacer el esfuerzo de atreverse a saber, se darían cuenta de las tonterías que están diciendo y de cómo esas tonterías, esa pereza suya, mental y moral, conduce a muchísimo dolor y a muchísima desgracia. Para hombres y para mujeres", recalca Rosa Montero, lamentando que fue educada "como todos" en "el sexismo". "También las mujeres somos machistas. También las mujeres tenemos que liberarnos de eso. He vivido un mundo terriblemente machista y ha sido todo muy duro", subraya, asegurando que "muchas veces, vivir, para las mujeres, –y los hombres no se dan cuenta–, es como caminar con una montaña sobre los hombres".
"Hasta los 14 años yo creo que me tocaron el culo todos los días. Todos los días me metieron mano en el metro. Desde los 10 años, 11, 12... Recuerdo que una de mis amigas se atrevió a protestar y el pedófilo le pegó un bofetón y nadie nos defendió", cuenta.
Así mismo, refiriéndose a su ámbito, denuncia que en los Premios de la Crítica "ha habido 63 en España y se han dado solo a 3 mujeres", algo que califica de "simplemente ridículo". "La crítica en este país es muy machista, y las mujeres también nos valoramos menos a nosotras mismas porque estamos todos inmersos dentro de ese sexismo", asegura.
Lo positivo, destaca, es que "en los últimos dos o tres años estamos subiendo un peldaño de la historia en el movimiento del antisexismo". "Creo que es muy esperanzador, por el hecho de que hayan llegado por primera vez masivamente también los hombres", si bien advierte de que esto se está produciendo porque "estamos en peligro". "Los derechos democráticos, incluso los del antisexismo están en peligro, y si no nos defendemos podemos perderlos", finaliza.