Españolas que empuñaron las armas: "La mayoría piensa que las mujeres no lucharon en las guerras"

Carolina Molina, Ana Morilla, María Pilar Queralt del Hierro nos presentan su libro 'Guerreras. Españolas que empuñaron las armas'
Con sus relatos, las autoras manifiestan que nunca fueron espectadoras pasivas en los conflictos bélicos
"Si la guerra dependiera del pueblo llano, mujeres y hombres de a pie, que son los que vierten su sangre, no habría ninguna guerra", explican
En 2008, sorprendió la imagen de Carme Chacón embarazada pasando revista como ministra de Defensa a las tropas en el Día de las Fuerzas Armadas. "Parecía ignorarse que, a lo largo de los siglos, habían sido muchas las mujeres implicadas en el ámbito de la milicia. Unas mujeres que, en siglos anteriores, se habían saltado la norma que las limitaba al ámbito doméstico para involucrarse en acciones militares unas por puro instinto a fin de defender a los suyos, otras obedeciendo a una secreta vocación militar que las obligó a recurrir a las más diversas artimañas, la más frecuente la de disfrazarse de hombre". Quienes cuentan esto son la periodista y novelista Carolina Molina, la profesora y escritora Ana Morilla y la historiadora y escritora María Pilar Queralt, autoras de 'Guerreras. Españolas que empuñaron las armas' (editorial Almuzara).
En su libro, reconstruyen biografías apasionantes de mujeres, casi siempre olvidadas, que recuerdan el rol femenino en la defensa de los intereses de su país; mujeres que sufrieron en sus propias carnes el horror de "esa sinrazón cruenta y trágica que una y otra vez sacude a la humanidad". Su relato resulta especialmente interesante en el momento actual, con más de 50 guerras activas a nivel mundial, conflictos que dan una idea de nuestra mala salud estructural y en los que las mujeres salen muy malparadas. Pero han sido también parte activa.
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¿Cómo nace vuestro interés en las mujeres que participaron en los conflictos bélicos?
Como escritoras, nuestro interés por las mujeres en general y en distintos aspectos históricos, sociales, culturales, literarios, etc. se ha dado siempre. Extenderlo hacia su papel en la guerra era algo emocionante, que nos intrigaba. Pero queremos aclarar que “Guerreras” es un libro divulgativo, de biografías breves, dirigido a todos los públicos, escrito con rigor y bastante ameno, que revisa y reevalúa el papel de las españolas en la guerra; queremos poner en valor algunas figuras femeninas (muchas olvidadas, otras algo más conocidas), desde la Antigüedad hasta la Guerra Civil.
Queremos poner en valor algunas figuras femeninas, desde la Antigüedad hasta la Guerra Civil
¿Cuál ha sido la mayor dificultad en la investigación de sus biografías y su nivel de participación?
Ha sido un proceso largo, que comenzó hace casi tres años. Creo que la principal dificultad fue la falta de datos en el caso de algunas figuras que permanecían próximas a la leyenda. Otro inconveniente, por llamarlo así, era centrarnos exclusivamente en las españolas, en un período histórico muy amplio, desde las invasiones cartaginesas y romanas hasta mediados del siglo XX. Pero hay períodos en los que abunda la documentación y otros más bien escasos. Hubo que seleccionar y escoger entre las guerreras que investigamos y algunas tuvieron que quedarse fuera, quizá para un futuro libro.
¿Cuál fue el rol en general de las mujeres en las guerras?
La mayoría piensa que las mujeres, a lo largo de los siglos, no participaron en la guerra, que se limitaron a ser espectadoras pasivas de los acontecimientos. La realidad desmiente esa creencia: igual que los hombres, las mujeres se vieron envueltas en los distintos episodios bélicos de nuestra Historia. A algunas no les quedó más remedio. Si invaden tu ciudad, tú pueblo, ante un cerco, por ejemplo, lo normal es querer salvar tu vida y la de tu familia. Unas, la mayoría, colaboraron en labores auxiliares de defensa y otras, si bien en minoría frente a los varones, que destacan con nombre propio, tomaron las armas y lucharon en primera fila como María Pita o Agustina de Aragón.
Igual que los hombres, se vieron envueltas en los distintos episodios bélicos de nuestra Historia
Otras, en un momento dado, tomaron el mando, como María Pacheco en la guerra de las Comunidades. Algunas se disfrazaron de hombre para poder alistarse en el ejército (cosa que las mujeres no pudieron hacer hasta el siglo XX), como la Monja Alférez o Ana María de Soto. También durante la Reconquista surgen figuras femeninas (algunas que han quedado desdibujadas en la leyenda), o en Lepanto, otras fueron a América y se implicaron en episodios muy conocidos, como la Noche Triste, por ejemplo María de Estrada. Otras tuvieron un papel distinto, pero también estuvieron en el frente: las aguadoras, como María Bellido, las periodistas, como Carmen de Burgos, las enfermeras de guerra, etc.
¿Qué personajes os han sorprendido más al rescatar sus biografías?
Todos los casos son curiosos, algunos fascinantes incluso. Al lector le sorprenderá saber cómo las brácaras (en la actual Galicia) durante la conquista romana combatían junto a los hombres y manejaban las armas igual que ellos, o que Yamila bint Abd al-Yabbar combatió a caballo y armada contra las tropas del emir de Córdoba en el siglo IX, o que María Pacheco apuntó con los cañones del alcázar de Toledo a quienes querían entregar la ciudad a las tropas realistas. O que Francisca Burdeos, poco conocida, y que luchó en las guerras carlistas, tanto ella como las otras mujeres soldado, reclamó un sueldo al acabar la contienda y le fue concedido, y se le permitió que vistiera de hombre. Esto induce a pensar que si era la forma habitual de proceder, los gobiernos debían tener mecanismos para estas mujeres a las que consideraban soldados, por lo tanto, si no las rechazaban o negaban, no debían ser tan excepcionales. Indica que la sociedad no rechazaba a la mujer que peleaba, más bien la consideraba como hombre porque reconocía su valor.

A medida que la sociedad avanza en términos de igualdad, ¿cabe esperar una resolución menos belicista de los conflictos?
Ojalá que todos los conflictos internacionales actuales tengan una resolución pacífica pronto. Es nuestro deseo como pacifistas convencidas. La sociedad ha avanzado mucho en términos de igualdad, efectivamente, pero en Occidente (y en España muchísimo), en otros lugares del mundo no solo no ha avanzado, sino que se ha retrocedido. Sería algo naíf pensar que los conflictos bélicos van a desaparecer en un futuro gracias al avance de los derechos de la mujer, porque los conflictos tienen lugar, entre otras muchas cosas por intereses económicos, geoestratégicos, etc. que implican tanto a hombres como a mujeres. En el pasado las reinas también fueron a la guerra y tomaron decisiones belicistas, porque lo que prima en las altas esferas es el poder, el control del posible adversario, del territorio, etc. Si la guerra dependiera del pueblo llano, mujeres y hombres de a pie, que son los que vierten su sangre, seguro que no habría ninguna guerra.
Tradicionalmente, las guerras las emprenden los hombres, ¿hay una razón biológica en ello o es una cuestión de posición de poder?
Efectivamente, como hemos indicado es una cuestión de poder. Existirán otras cuestiones de género más complejas, estudiadas sin duda por reconocidos investigadores, pero nosotras nos hemos limitado en 'Guerreras' a reivindicar el papel y participación de las españolas en la guerra y que cada lector obtenga sus conclusiones.
Si los romanos, franceses o ingleses te invadían, tú no te no ponías a hacer faenas domésticas
¿Qué lección nos deja la historia de las mujeres que empuñaron las armas?
Muchas, imposible resumir todas. Una es que en la historia siempre ha habido guerras y que las mujeres han participado en ellas de una u otra forma. Es lógico, si los romanos, franceses o ingleses te invadían, tú no te no ponías a hacer faenas domésticas. Tú te defenderías como pudieras. El instinto primordial del ser humano es sobrevivir. También otra importante conclusión es que la vocación militar está presente en las mujeres, como en los hombres, desde antiguo, ¿por qué si no algunas se disfrazaban de varones para alistarse?