La situación que se vive en el aeropuerto madrileño Adolfo Suárez Madrid-Barajas es cada día más preocupante. Cientos de personas sin hogar han convertido los pasillos de la T4 en un lugar improvisado en el que pasar la noche, especialmente en estas semanas de temporal que atravesamos en España.
Tal y como nuestra compañera Arabella Otero ha podido comprobar en primera personas, en torno a 500 personas entran en la terminal al caer la noche para, con apenas unas mantas y algo a modo de almohada, pasar la noche entre sus muros.
Y es que se estima que alrededor de medio millar de personas pernoctan diariamente en las terminales del aeropuerto, una cifra que ha aumentado significativamente en los últimos años. Hace apenas una década, el número de personas sin hogar que utilizaban el aeropuerto como refugio para pasar la noche rondaba las 40, una cifra que se ha multiplicado significativamente.
Arabella ha podido hablar con algunas de estas personas y lo cierto es que tras cada una de ellas se esconden verdaderos dramas humanos. Una de las mujeres que pernocta en el aeropuerto le ha explicado a nuestra compañera que intenta mantener su higiene diaria gracias a toallitas de bebé: "Me paso toallitas húmedas para no oler".
Otro de estos sin techo le contaba a Arabella que por el día trabaja y por la noche acude al aeropuerto para dormir "porque no puede permitirse pagar un alquiler en Madrid". Pero la historia que más ha llamado la atención de la reportera es la de un joven estudiante de ingeniería que, sin que sus padres lo sepan, duerme en el aeropuerto: "No me grabéis que mis padres no saben que aquí en Madrid estoy durmiendo en estas condiciones".
El elevado precio de los alquileres en la capital, y también los problemas de adicciones de algunas de estas personas, han provocado que en los últimos años se cuenten por centenares los sin techo que buscan unas cuantas baldosas del aeropuerto sobre las que dormir.
Desde AENA han expresado su preocupación por la situación, destacando que la presencia de personas sin hogar en el aeropuerto "genera muchos problemas" tanto para los trabajadores como para las propias instalaciones. Los trabajadores del aeropuerto, según sus propias declaraciones, reciben a diario amenazas e insultos cuando intentan desalojarles, algo que ha motivado que en torno a las cinco de la mañana agentes de policía entren en las instalaciones para expulsar a estas personas que han encontrado en el aeropuerto su refugio nocturno.