Un hombre acusado de atropellar adrede a otro en Valladolid: "Soy esquizofrénico y me tomo los actos de otros como un ataque"

Un varón de origen búlgaro, acusado del atropello intencionado de otro conductor en diciembre de 2021 en Valladolid con motivo de una discusión de tráfico, ha negado haber intentado acabar con la vida de su oponente y ha asegurado que tan solo se acercó a él para saber por qué le recriminaba.

El encausado, que se enfrenta a un posible delito de tentativa de asesinato y se expone a una condena de nueve años de cárcel y al pago de indemnizaciones por valor de más de 44.000 euros, también ha esgrimido en su descargo la enfermedad de esquizofrenia que padece, no toma medicación, y que en su vida diaria le lleva a interpretar como "amenazas y ataques" las acciones normales del resto de ciudadanos.

El suceso se produjo sobre las 15:10 horas del 15 de diciembre de 2021, cuando el acusado circulaba en su Volkswagen Passat tras una Citroën Berlingo y que, en un momento dado, el conductor de este último hizo una maniobra repentina con el fin de aparcar a la altura de la calle Guipúzcoa, lo que le obligó a esquivarle, no sin antes recriminárselo a su conductor por la ventanilla. "¡Cuidado, que hay más coches!", sostiene que le reprochó.

Mantiene también que al oír al otro responder detuvo el vehículo a unos metros y entonces dio marcha atrás con el fin de, como así ha insistido, pedir explicaciones a quien a la postre resultaría gravemente atropellado. "Al dar marcha atrás escuché un ruido increíble y saltar los cristales de mi luna trasera. Pensé que me había tirado algo, una piedra o una vara y me agaché", ha declarado el varón de origen búlgaro, quien ha añadido que, en ningún momento, llegó a pensar que hubiera arrollado a su contendiente. Por eso, ante el miedo de que pudiera sufrir algún tipo de agresión, salió huyendo del lugar.

La novia del acusado ha comparecido también para corroborar la esquizofrenia que sufre su pareja y que "le lleva a ser no muy sociable. No es una persona violenta aunque muchas veces piensa que todo el mundo quiere hacerle algo".

El hombre atropellado perdió el conocimiento tras el golpe del vehículo

Por su parte, la víctima, que ha sido ya indemnizada y ha renunciado a cualquier tipo de acción civil y penal, considera que su atropello no fue accidental por cuanto el acusado mantuvo una trayectoria lineal hasta que, al llegar a su lado, "hizo un giro brusco", en alusión al intento de garantizar el impacto, y lo hizo a toda velocidad porque oyó "rugir" al motor de su coche.

El lesionado ha explicado que previamente el acusado le había seguido con su coche a muy poca distancia, muy pegado, hasta el punto de que entorpeció su intento de aparcar. Al intercambio de reproches entre uno y otro siguió, segundos después, la maniobra de marcha atrás que el acusado realizó hasta llegar al lugar donde la víctima se hallaba de pie tras haber ésta estacionado su furgoneta.

"Le vi venir hacia mi y me mantuve quieto esperando a ver su intención y en el último momento hizo un giro brusco. Puse el brazo de forma instintiva y me dio el golpe con la parte trasera del coche", ha recordado la víctima, quien a partir de entonces perdió el conocimiento y, poco después, se vio en el suelo rodeado de gente.

Los testigos sostienen que el acusado no iba despacio y que vieron a la víctima "salir volando a ras de suelo"

Distintos testigos de los hechos han coincidido en haber presenciado una discusión previa entre ambos conductores y cómo luego el conductor del Passat "arreó marcha atrás a toda velocidad" en una trayectoria recta, han dicho unos, mientras que otros han indicado igualmente que "despacio no iba". El vehículo, han también coincidido los testigos, golpeó violentamente a la víctima, a quien vieron "salir volando a ras de suelo" para acto seguido quedar tendido inconsciente y ensangrentado en la calzada. "Lo que más me impactó es ver salir despedidos sus zapatos", ha apostillado otro de los declarantes.

El juicio iniciado este miércoles en la Audiencia de Valladolid entrará este jueves en su segunda y última jornada con la práctica de la prueba pericial y la exposición de los informes definitivos de las partes, tanto del fiscal, que inicialmente califica los hechos como tentativa de asesinato, de ahí su petición de nueve años de cárcel, como de la defensa, que entiende que la conducta de su cliente se encuadra en un delito de lesiones imprudentes, con la eximente incompleta de esquizofrenia y la atenuante de reparación del daño, por el que pide una condena de tres meses de prisión.

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