Un interno del centro penitenciario de Topas, Salamanca, ha agredido el pasado lunes a tres trabajadores del centro. Uno de ellos ha sufrido la fractura de un dedo, y otro un esguince de muñeca.
Según han informado a Europa Press fuentes de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), el interno reaccionó violentamente al comunicarle el cumplimiento de una sanción disciplinaria. En otras ocasiones, el interno ya había protagonizado otros incidentes regimentales tanto en el centro penitenciario de Topas como en otros centros del país.
Al contemplar este incidente, el sindicato ha asegurado que el personal penitenciario está indefenso antes las agresiones que padece masivamente. Según han explicado, esto sucede porque las medidas que toman los responsables de Instituciones Penitenciarias dejan sin prevención ni protección al personal.
Por su parte, han afirmado que la Administración Penitenciaria "carece de medidas preventivas para afrontar la violencia en el trabajo". De hecho, han asegurado que, en los últimos veinte años, la "única actuación" que se ha llevado a cabo al contemplar el incremento de agresiones es crear la articulación del protocolo PEAFA, quienes han afirmado que tiene un efecto contrario: "No es preventivo, no protege al personal y recorta los derechos de la Ley de Prevención al personal de prisiones".
En este contexto, el sindicato ha indicado que en las últimas estadísticas oficiales del año 2023, facilitadas por la Administración, apuntan que las agresiones siguen en aumento. De hecho, han confirmado que alcanzan a nivel nacional un total de 508 y 9 en el Centro Penitenciario de Topas. "Estas son las agresiones físicas, si incluyéramos las verbales, habría que ampliar a varios miles más", han indicado en su comunicado.
"El servicio de prevención mira hacia otro lado con las agresiones que se repiten permanentemente año tras año, sin que se haya estudiado las razones que las originan, o las medidas para evitarlas y obviamente, sin ninguna propuesta para evitarlas", ha zanjado el sindicato.
Según los datos aportados por el sindicato Acaip-UGT, en los diez últimos años- de 2014 a 2023-, los trabajadores sufrieron 3.106 agresiones en el territorio nacional y 284 en Castilla y León, de las cuales 66 se registraron en la cárcel de Topas, la segunda con una cifra más elevada después de la palentina con 85 agresiones desde el año 2014. En tercer lugar se situaría la de León, con 33.
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