Los 57 supervivientes del incendio mortal en una residencia de Zaragoza son trasladados a otro centro en Huesca

Los 57 supervivientes del trágico incendio ocurrido en la madrugada de este viernes en la residencia de ancianos Jardines de Villafranca, ubicada en la localidad zaragozana de Villafranca de Ebro, han sido trasladados en furgonetas, después de despedirse de sus familiares, a la residencia Vitalia en la ciudad de Huesca, situada en la calle San Jorge, según informa Sonia Belmonte. El origen de las llamas podría estar en un cigarro.

La residencia, ha subrayado su directora, cuenta con los permisos necesarios y ha pasado todas las inspecciones que están establecidas. Fueron dos trabajadoras del centro, junto a algunos vecinos, incluida la alcaldesa y su marido, quienes pudieron poner a salvo al resto de los internos. Se trata del fuego más grave en un geriátrico de España en lo que va de siglo.

Con el susto en el cuerpo, los familiares han acudido tras recibir la llamada en la que les alertaban de lo sucedido. Han podido comprobar que sus padres estaban bien y han agradecido la labor del personal de la residencia, cuya actuación ha evitado, sin duda, una desgracia de mayor calibre.

"No lo he podido sacar"

A su llegada a la capital oscense, Cruz, una de las usuarias ha relatado lo que han vivido. "De repente las chicas de noche, las auxiliares, nos han empezado a tocar en las puertas pidiendo que saliéramos de las habitaciones y, al abrir la puerta estaban los pasillos llenos de humo y las personas que podíamos salir lo hemos hecho y hemos ayudado a los que no podían, hasta que ha llegado la Policía, Bomberos y Guardia Civil".

La mujer ha contado que "todo era humo y humo", al tiempo que ha dejado claro que "todos han reaccionado muy rápido, la atención ha sido súper rápida, tanto por parte de las chicas, como de la Policía y la Guardia Civil, sanitarios, también la gente del pueblo, la gente ha sido estupenda".

Otro de los residentes afectados, Alfonso, ha manifestado que no ha podido salvar a su compañero de habitación, que iba en silla de ruedas. "Era un compañero, un amigo, y lo siento mucho pero es así, no lo he podido sacar, lo he llamado cuarenta veces, pero no se despertaba, compartíamos habitación".

Por otra parte, el párroco del municipio maño, Ignacio Laguna, también ha estado atendiendo a los familiares, que se encuentran conmocionados y a la espera de ver cómo evolucionan las personas hospitalizadas.

Representantes de las instituciones aragonesas han guardado un minuto de silencio ante el Ayuntamiento de Villafranca de Ebro en honor a las diez personas fallecidas.

El Gobierno de Aragón ha declarado un día de luto oficial en la comunidad autónoma, jornada durante la que las banderas en los edificios públicos de la región permanecen ondeando a media asta.

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