La calidad de la democracia a nivel mundial ha vuelto a experimentar una caída por octavo año consecutivo, en un contexto marcado por numerosas citas electorales. Este panorama ha logrado evaluar el estado de derechos y libertades de más de 3.000 millones de personas en más de 70 países y territorios que han acudido a las urnas a lo largo de este periodo.
Cerca del 47% de los países han sufrido un notable descenso en sus índices democráticos durante los últimos cinco años, lo que confirma una tendencia a la baja que parece consolidarse. España, que se encuentra en el puesto 26 de las democracias más plenas del mundo, ha bajado dos posiciones respecto al año anterior, según revela un informe del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), una organización intergubernamental con sede en Estocolmo, Suecia.
A su vez, el informe también destaca que en uno de cada tres países que celebraron elecciones este año, la calidad democrática ha empeorado en comparación con la situación de hace cinco años. Entre 2020 y 2024, uno de cada cinco procesos electorales han sido cuestionados y ha convertido las votaciones y los recuentos en un terreno de dudas y litigios recurrentes.
Además, casi el 20% de las elecciones celebradas en este periodo han sido objeto de rechazo por parte de candidatos y partidos, quienes no aceptaron los resultados.
"Las elecciones se han decidido mediante reclamaciones judiciales en la misma proporción. En total, una de cada tres elecciones fue objeto de alguna forma de disputa, desde boicots hasta procedimientos legales", recoge el documento.
El año 2023 ha marcado un hito negativo en cuanto a la credibilidad electoral, debido al aumento de la "intimidación gubernamental, la interferencia extranjera, la desinformación y el uso indebido de la inteligencia artificial en las campañas electorales". Asimismo, la participación electoral ha sufrido un declive significativo y ha pasado del 65,2% en el 2008 al 55,% en 2023.
Como resultado, solo uno de cada cuatro países ha logrado mejorar en términos democráticos, mientras que cuatro de cada nueve han empeorado, incluidos aquellos con los mejores índices democráticos (Europa y América).
"Si bien se han logrado avances sustanciales en la mejora de las condiciones electorales, las disputas sobre la credibilidad de las elecciones se deben principalmente a irregularidades en el momento de la votación y el recuento de votos", alerta el informe. No obstante, recalca que estos procesos siguen siendo "prometedores" como herramienta para asegurar el control popular sobre quienes ejercen el poder.
Durante 2023, la credibilidad de los procesos electorales ha disminuido significativamente en 39 países en comparación con los datos de 2018, mientras que solo 15 naciones han mejorado sus resultados en los últimos cinco años.
Por ello, la organización ha descrito las crecientes amenazas a la calidad electoral como un "patrón" que ha provocado la dramática caída de 10 puntos en los últimos quince años, aunque con efectos variados según la región.
A su vez, el informe aclara: "Esta relación entre la calidad electoral (tanto real como percibida) y la transferencia fluida de poder constituye un arma de doble filo. Por un lado, las crecientes presiones sobre las elecciones provenientes de la desinformación y la polarización, entre otras variables, amplían el espacio para que los partidos y candidatos derrotados nieguen o rechacen los resultados".
Por otro lado, cuando los resultados se ponen en duda, "pueden surgir aún más dudas sobre la validez e incluso el valor de las elecciones democráticas".
A pesar de este panorama, la organización subraya que, a medida que avanza este "superaño electoral", las elecciones siguen siendo "la mejor oportunidad para poner fin a este retroceso democrático y cambiar el rumbo a favor de la democracia". Aún así, advierte que se trata de un año "cargado de incertidumbre", en el que "el destino de la democracia para indeterminado".
A pesar de la bajada de la calidad democrática, las elecciones celebradas en países como Brasil, Francia, Gambia, Guatemala, India, Polonia y Zambia, entre otras, "conservan uns notable capacidad para sorprender a los expertos y, en algunos casos, incluso fortalecer la democracia a pesar de la adversidad", indica el informe.
En el caso de África, su desempeño democrático en los últimos años se ha caracterizado por una estabilidad, aunque ha registrado disminuciones en la zona de Sahel, en particular en Burkina Faso, afectado por un golpe de Estado. Mientras al menos 21 países han experimentado una bajada en dicha credibilidad, Burundi y Zambia han logrado hasta mejoras electorales.
Por un lado, en Asia occidental su democracia tiene un carácter más estancado. Más de un tercio de los países presentan un escaso desempeño democrático, especialmente en cuestiones de representación.
Por otro lado, en Europa, IDEA Internacional ha advertido sobre la existencia de un "descenso generalizado en aspectos democráticos", como el estado de derecho y las libertades civiles en países como Montenegro y Letonia.
La estabilidad se mantiene en las Américas, pero países como Guatemala, Perú, Canadá y Uruguay han protagonizado declives en el estado de derecho y las libertades civiles. Esta situación se ha suavizado en la zona de Asia-Pacífico, donde se registraron "descensos menores" y "mejoras importante" en Fiyi, Maldivas y Tailandia.
En el extremo más bajo del ranking se encuentran países y territorios como Afganistán, Birmania, Sudán del Sur, Sudán, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y los Territorios Palestinos Ocupados, entre otros. Asimismo, algunos países han experimentado una caída más pronunciada en la lista: Níger, Gabón, Sierra Leona, Madagascar y Túnez.
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