El crimen de Castellón esconde una trágica historia, la de Lorena y su terrible fallecimiento a manos de su pareja después de una vida marcada por el maltrato. La víctima española de 45 años ya había sido víctima de violencia de género a manos de cuatro individuos. Cada agresión la hacía más vulnerable ante futuras relaciones. Un circulo trágico que ha finalizado con su muerte, tras la reconciliación con su asesino confeso.
El maltrato recurrente es una lacra con graves consecuencias en las víctimas. "Lo primero que hay que tener en cuenta es la experiencia y el trauma que produce la violencia en una pareja que provoca una vulnerabilidad posterior con futuras parejas que puedan ejercer esta violencia", explica a Informativos Telecinco Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada.
María José Varela, abogada especializada en defensa de la mujer, señala que, en el caso de Lorena, "la cuestión está en cómo se trabajó con esta mujer para que no se diera cuenta de que el riesgo persistía".
Resulta vital convencer a la víctima para acudir a la ayuda de profesionales. "Si van a un servicio especializado le podrán explicar muchas de las estrategias que utiliza el agresor para embaucar y volver de nuevo", añade Varela.
Y es que las medidas de protección no son eternas ni infalibles porque, aunque hay ayudas de tipo social, también hay que prestar atención a la salud de las mujeres maltratadas, tanto física como psicológica para superar la vulnerabilidad ante nuevos maltratadores
En España no hay cifras, pero estudios internacionales calculan que al menos un 25% de mujeres maltratadas recibieron agresiones de parejas sucesivas. Al caso de Castellón se suma lo ocurrido en Otero, Toledo, cuando un hombre mataba a la hija de su expareja y dejaba a la mujer malherida. Ella también había sufrido maltrato de cuatro parejas anteriores.
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