Las autoridades japonesas han alertado de la posibilidad de un “megaterremoto”, después de que un sismo de magnitud 7,1 causara la víspera ocho heridos en el sur del país. Es la primera vez que las autoridades niponas lanzan un aviso de este tipo tras la implementación de un nuevo sistema de alertas a raíz del devastador terremoto ocurrido en 2011, que desencadenó el accidente nuclear de Fukushima.
Tras la alerta de este megaterremoto en Japón, las dudas no han tardado en surgir. Como explicó el geólogo Víctor Ramos a 'MDZ' el término 'megaterremoto' se acuñó cuando la ciudad chilena de Valdivia fue sacudida en el año 1960 por un gran sismo de magnitud 9,5 en la escala Richter, la más alta registrada hasta entonces.
"A partir de esa fecha, hubo que agregar tres escalas más altas a la medición porque jamás se había registrado un terremoto de esa magnitud. Por eso, son llamados 'megaterremotos' a aquellos que son de gran intensidad y que en la escala de Richter, son del orden de los 8 o más", explicaba el geólogo al medio de comunicación anteriormente citado.
Es decir, el término 'megaterremoto' apareció en 1960 cuando se produjo el gran sismo del 22 de mayo de 1960 en la ciudad chilena de Valdivia que provocó varios maremotos y dejó entre 1.500 y 2000 víctimas mortales.
Además, estos 'megaterremotos' no se suelen dar dentro de la corteza o dentro del continente, sino que "se producen entre la placa oceánica y la placa continental por una intensa fricción entre ambas", apunta el geólogo.
Hay que destacar que estos grandes sismos no son habituales y se suelen registrar cada 100 años, "no son habituales o de todos los días", explica Ramos.
Situado en la encrucijada de varias placas tectónicas, Japón es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo, con unos 1.500 temblores al año, de poca magnitud en su mayoría.
Pero incluso los terremotos más intensos dejan pocos daños en este país, que hace décadas que implementa normativas de construcción antisismos y educa a sus 125 millones de habitantes sobre cómo reaccionar ante estas situaciones.
El gobierno nipón estimó previamente que había una posibilidad del 70% de que un megasismo estremezca el país en las próximas tres décadas. La sacudida podía afectar una parte importante de la costa japonesa en el Pacífico y amenazar a unas 300.000 personas, según sus expertos.
El 1 de enero de 2024, un terremoto en el centro del país provocó la muerte de al menos 318 personas. Hay que destacar que el sismo más potente registrado en Japón hasta ahora fue el 11 de marzo de 2011, de magnitud 9 y que desencadenó un tsunami en el noreste del país. Se estima que 20.000 personas murieron o desaparecieron en esa catástrofe que también provocó el accidente nuclear en la central de Fukushima.
Ante la alerta del megaterremoto, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció ante la prensa que cancelaba un viaje a Kazajistán, Uzbekistán y Mongolia y se quedaba en el país “durante al menos una semana” para “asumir la más alta responsabilidad en materia de gestión de crisis”.
La alerta fue lanzada por la mañana por la Agencia Meteorológica de Japón (JMA). “La posibilidad de que se produzca un sismo de gran intensidad es más alta de lo normal, pero esto no indica que un gran terremoto vaya a ocurrir con certeza”, señaló esta entidad.
El sismo de magnitud 7,1 del jueves no dejó daños materiales importantes. La agencia de gestión de catástrofes informó de ocho personas heridas, varias de ellas por la caída de objetos.
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