El asesino de su exmujer y sus hijos en Cuenca no tenía pulsera de seguimiento pese a las múltiples denuncias

El Ayuntamiento de Las Pedroñeras ha convocado para este lunes un minuto de silencio como muestra de condena y repulsa de los asesinatos de Amal y sus dos hijos, de 3 y 8 años, vecinos de la localidad, a manos de Mahdi, exmarido y padre de las víctimas.

Mahdi, que está detenido, tenía una orden de alejamiento, aunque no sirvió para evitar que cumpliera sus amenazas y acabara con la vida de su mujer y sus dos hijos.

No tenía pulsera de seguimiento pese a las múltiples amenazas

La mujer estaba incluida en el sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén) y su exmarido, Mahdi, tenía una orden de alejamiento para no poder acercarse a ella a más de 300 metros. Sin embargo, los vecinos sostienen que se saltaba una y otra vez la orden, y a pesar de eso, seguía en libertad.

La familia de Amal denuncia que Mahdi no tenía pulsera de seguimiento ni ella, tampoco, un sistema de alerta. "Dicen que había protección, que había protección, pero no había ninguna protección. Somos una familia rota. ¿Por qué? Porque el sistema ha fallado", denuncia el primo de la mujer asesinada.

"Lo que no entiendo de todo esto que ha pasado es que si el chico tenía 28 denuncias, mi prima sí que es verdad que ha retirado alguna, pero no ha retirado todas y encima le llega una orden de alejamiento... Lo que no entiendo es por qué ese tío seguía en la calle", lamenta.

Una amiga de Amal, Sara, también ha denunciado que los pequeños estaban aterrados por las amenazas y violencia de su padre. El hombre no soportaba que su exmujer saliese adelante sin él. "Se compraba un coche, se lo rompía, hacía algo en la casa y venía y se lo rompía...", explica la amiga.

Más de 10 años de agresiones y amenazas

En el pueblo todos conocían a Amal y a sus dos hijos, una niña de cinco años y un niño de siete de origen marroquí. Amal vivió una década de agresiones y amenazas continuas. Un auténtico infierno que se atrevió a denunciar hace cuatro años, tras separarse de Mahdi. El hombre, empleado en el matadero municipal, solía emborracharse y amenazaba diariamente a la madre de sus hijos.

Los vecinos relatan que el hombre llevaba más de 10 años agrediendo a Amal y además la amenazaba con acabar con su vida: "Yo iré a la cárcel, pero ella no se va a quedar aquí", llegó a exclamar antes del trágico crimen.

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