Un vecino encontró los cadáveres de Amal y de sus hijos de 5 y 7 años en el interior de un baúl de una casa abandonada

España vuelve a estremecerse por tres casos de violencia de género y violencia vicaria. Con un balance de cuatro mujeres asesinadas y dos niños. En Las Pedroñeras, Cuenca, los cuerpos de dos hermanos de cinco y siete años fueron encontrados junto al de su madre en un arcón, por un allegado de la familia. 

Este pueblo conquense con algo más de 6.500 habitantes se encuentra sobrecogido por el asesinatos de Amal, una mujer marroquí, y sus dos hijos de cinco y siete años, a manos del exmarido que permanece detenido. No tardaron mucho las autoridades en sospechar de él, porque tenia una orden de alejamiento. Orden que como tantas veces se ha convertido en papel mojado, o más bien ensangrentado. 

Los cadáveres, en un baúl en una casa abandonada

Durante la tarde del viernes 28 de junio, varios familiares de Amal denunciaron la desaparición de la mujer y de sus dos hijos. Sin embargo, ha sido durante la mañana del sábado 29 de junio cuando han encontrado sus cuerpos en el interior de un baúl dentro de una casa abandonada a escasos metros de su domicilio habitual.

Ha sido durante la tarde cuando se ha producido el levantamiento de los tres cadáveres que se encuentran ahora mismo en el Instituto de Medicina Legal de Cuenca a la espera de que se le realicen las autopsias. Por otra parte, el padre y exmarido de las víctimas se encuentra en dependencias de la Guardia Civil a la espera de ser puesto a disposición judicial.

Un vecino ha ayudado a la Guardia Civil a encontrar los cadáveres

Todos conocían a Amal y a sus dos hijos. Una niña de cinco años y un niño de siete de origen marroquí. Hoy la comunidad marroquí de Las Pedroñeras, entre lágrimas, presenciaban el levantamiento de sus cadáveres. La Guardia Civil ha informado de que los cadáveres no están mutilados y que se encuentran completos.

El presunto asesino es la expareja de Amal y padre de los niños. Un hombre 15 años mayor que ella. Ya lo han detenido. 

Ayer una familiar alerto de su desaparición. La Guardia Civil con la ayuda de un vecino encontró los cuerpos en una caja de madera. El detenido, empleado en el matadero municipal, solía emborracharse y amenazaba a la madre de sus hijos. Un suplicio que duró una década. Hace cuatro años ella lo denunció por malos tratos y se separó.

El juez le impuso una orden de alejamiento que, según los vecinos, se saltaba una y otra vez, pero seguía libre y ayer aprovechó esta impunidad para asesinar a su familia.

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