Emara, momentos antes de matar a su padre y herir a su madre en Librilla, Murcia: "Hoy va a pasar algo"

La vida de Emara, la mujer que mató a cuchilladas a su padre de 66 años y dejó herida muy grave a su madre en Librilla (Murcia), ha estado marcada siempre por la esquizofrenia. Su entorno conocía sus problemas de salud mental, pero también que no seguía el tratamiento indicado. A pesar de negarse a entrar en un centro psiquiátrico, lo hizo hasta que se escapó.

Emara no aceptaba su enfermedad ni seguía los tratamientos

Cuenta Jorge García Badía en el diario El Español que los padres de Emara le llegaron a comprar una vivienda cerca de la suya para que tuviera su espacio y, al mismo tiempo, poder controlarla. Su padre, Emilio Pagán, era al único que hacía caso y la ponía firme, lo que no fue un obstáculo para que este jueves lo apuñalara mortalmente en medio de un brote esquizofrénico.

La madre mantenía con Emara una relación más próxima y estaba encima de su enfermedad mental. Cuentan los allegados que les pedía que le avisaran si experimentaba un brote y gritaba o chillaba.

La vida que llevaba sola en la casa que le compraron no parecía la mejor para su trastorno ya que abusaba de las bebidas con cafeína y con cola, por eso terminó trayéndosela de nuevo al domicilio familiar para que durmiera con ellos.

El trastorno de Emara era doble ya que la joven no aceptaba su enfermedad ni se quería someter a ningún tratamiento ni internamiento, Los problemas con su padre respondían a que era él el encargado de su vigilancia médica y de llevarla a los médicos y especialistas.

Emara le dijo horas antes del crimen a una camarera que "hoy va a pasar algo"

El relato de la tarde en la que ocurrieron los hechos es estremecedor. Cuenta una camarera del bar en el que entró Emara que la mujer estaba completamente ida, con la vista perdida y que pidió un café que se bebió de un golpe a pesar de que aún estaba muy caliente. Se despidió, pero antes lanzó una frase que resultó ser premonitoria: "Hoy va a pasar algo".

Las horas posteriores fueron de horror y sangre. Emara, de madrugada y armada con un gran cuchillo, entró en el dormitorio de sus padres y los apuñaló salvajemente. Él murió como consecuencia de las brutales puñaladas que recibió, mientras que la madre fue hospitalizada.

De todo ello hay un testigo singular, un menor de 16 años que escuchó los gritos y golpes y llamó al 112. Eran las dos y cinco de la madrugada y estaba junto a un grupo de amigos en un banco próximo. Los investigadores están convencidos de que su intervención evitó que la mujer también hubiese acabado muerta.

La intervención de un joven de 16 años permitió salvar la vida de la madre

Porque su llamada permitió la rápida llegada de una patrulla de la Guardia Civil en el momento en que Emara perseguía cuchillo en mano a su madre para matarla.

Los agentes lograron taponar las graves heridas de la madre que fue trasladada a un hospital de Murcia.

La investigación deberá determinar ahora si Emara apuñaló a sus padres en medio de un brote esquizofrénico o hubo otra causa detonante de la agresión. Mientras tanto, en Librillo, los vecinos creen que Emara no es una asesina, sino una persona con una enfermedad mental que lamentará profundamente lo ocurrido cuando sea consciente de ello.

Por el momento, su madre ha abandonado ya la UCI y ella ha pasado a disposición judicial.

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