Un matrimonio ha sido absuelto de un delito de odio porque los insultos que dirigieron a una mujer negra "no contienen la provocación al odio, a la discriminación o a la violencia que exige ese tipo penal". Así lo ha decidido la Audiencia de Cantabria que aprecia injurias "altamente reprobables" en la manera en la que se dirigieron a la cuidadora en un lugar público llamándola "negra de mierda" y "sudaca de mierda".
La sentencia de la sección tercera de la Audiencia califica de "altamente reprobables" las expresiones que las dos personas profirieron a la mujer por razón del color de su piel y su origen, pero aclara que tal actitud "debería incardinarse en el delito de injurias".
El Código Penal establece que "nadie será penado por calumnia o injuria sino en virtud de querella de la persona ofendida", motivo por el cual el tribunal no puede condenar por ese delito a los acusados.
Según los hechos probados el matrimonio se encontraba haciendo cola en un supermercado cuando se acercó una mujer, cuidadora de dos personas discapacitadas. La mujer sin razón alguna "se alejó de ella diciendo que no se le acercara" y que "no confiaba en los extranjeros, y más si son negros".
La víctima le respondió que no le iba a quitar nada, por lo que intervino el otro acusado, que le dijo: "Gentuza, vete a contaminar tu puto país, negra de mierda, que matas el hambre en España, a gentuza como tú no hay que prestarle atención, sudaca de mierda".
El tribunal ha considerado probados estos hechos tras escuchar a la víctima y también a un testigo "absolutamente imparcial", que "oyó perfectamente lo acontecido" y lo relató “con todo lujo de detalles".
La Audiencia en su sentencia argumenta para exonerar a los acusados que "no cualquier ataque discriminatorio contra una persona concreta que pertenezca al colectivo de referencia debe ser subsumida de forma automática" en el delito de odio.
Debe entenderse, explica, como delito de odio "solo aquellas conductas que, por su naturaleza, generen o fomenten un clima de hostilidad, odio o discriminación contra el colectivo protegido", entendiendo que ese "plus especial” que exige el delito de odio no se da en los hechos objetos de este procedimiento.
En este caso, según la sentencia, se trata de expresiones que "resultan ocasionales, en un momento de reacción momentánea, por lo que no integrarían la conducta delictiva objeto de enjuiciamiento".
No obstante, agrega que eso "no supone que la conducta de faltar el respeto a otro, humillándolo por el color de su piel o por su procedencia deba quedar sin castigo, al ser evidente que la víctima se sintió insultada, vejada y ofendida".
"Si eliminamos de la conducta de los acusados el ánimo de discriminación y odio, lo que hace inoperante el delito de odio, es evidente que la conducta enjuiciada debería incardinarse en el delito de injurias", se resume en la resolución judicial.
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