Desbloqueado uno de los grandes misterios de la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo. Tras la ceremonia religiosa que tendrá lugar en la madrileña Iglesia de San Francisco de Borja, los invitados se desplazarán del centro de Madrid a las afueras, concretamente a Colmenar Viejo, donde se encuentra El Canto de la Cruz.
Esta finca es propiedad de Íñigo Moreno de Arteaga y Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, los abuelos de la novia. Y aunque cuenta con espacio (más que) suficiente para albergar un evento de estas características, es de uso privado, lo que les ha obligado a adaptarlo para esta ocasión. Entre las cuestiones que se han visto obligados a externalizar está el menú, para el que, según ha podido confirmar Look, han contratado al catering Lhardy.
Tal y como ha confirmado el entorno de la pareja a otros digitales como Vanitatis, el alcalde de Madrid y su futura mujer habrían optado por la opción de 175 euros por cubierto. Esto, de ser cierto que el número de invitados ascendería a más de 500, supondría un gasto de unos 90.000 euros para el matrimonio, del que también se ha filtrado su lista de regalos.
Dentro de este precio, el catering ya mencionado cubriría el cóctel y el almuerzo, con primero, segundo y postre. También la recena posterior a la fiesta, el servicio de camareros y de guardarropía o los centros florales de las mesas, así como la barra libre de bebidas, que podría extenderse hasta 9 horas desde el inicio del evento. Pero vayamos a los platos.
Si desentrañamos todas las opciones que ofrece este menú cerrado, es fácil deducir que José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo habrán tenido complicado qué elegir y qué no. Para el cóctel, tendrán que elegir doce pinchos fríos y calientes de los más de 60 que aparecen en su carta.
Ahí entran gazpacho de cerezas, yogurt de foie con kikos, tartar de carabinero, ensaladilla de bogavante, gildas, croquetas de varias tipologías, quesadillas de cochinita pibil, gyozas de carrillera thai o patatas bravas, por poner ejemplos.
También una parrilla de brochetas que se cocinan en directo cuyos ingredientes pueden ser chipironcitos, sardinas de Santurce, patitas de pulpo, langostinos, carabineros o gambas rojas.
Una vez ocupen sus asientos, a los asistentes al convite se les servirá el primer plato. Aquí entrarían ensaladas (de cecina de buey, de gamba roja en cebiche o de cigala), consomés, cremas (de boletus, de carabineros, de puerros o de espárragos), lasañas, raviolis o pescado fresco.
Las opciones para el segundo van de lo más clásico, con solomillo, rabo de toro, carrillera o merluza, a opciones más exóticas como tacos o timbal de pularda con foie. Todo dependerá de las preferencias de los novios.
Para terminar, antes de que empiece a sonar la música y el ambiente pase a ser más distendido, llegará el turno de los postres. Torrija caramelizada, brownie con crema de yogurt, macedonia de frutas, milhojas, tartas de queso o soufflé son algunos de los dulces que conforman la lista.
Para el fin de fiesta no han tenido tanto margen de decisión. Este catering en concreto lo tiene diseñado con una estación de quesos y embutidos italianos, otra de chucherías, y el servicio de minipizzas, talo de chistorra y hamburguesitas.
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