El 11 de marzo de 2024 se cumplen 20 años del episodio terrorista más trágico de la historia de España, de los atentados del 11 M, y se suceden los actos de recuerdo y los homenajes. Como en el monumento que se va a inaugurar esta noche en la estación de Atocha, uno de los escenarios de la tragedia. Un memorial en recuerdo a las 193 víctimas mortales y los 2.000 heridos.
Una de las misiones más complicadas en esos atentados fue la de la Policía Científica. Trabajar en esa inmensa escena del crimen y preservar las evidencias que llevarían a dar con los culpables no fue sencillo. Tampoco lo fue la identificación de las víctimas, pero lo hicieron en tiempo récord. La tragedia perfeccionó sus protocolos de actuación.
Desde 'Informativos Telecinco' hemos tenido la oportunidad de hablar con José Antonio Rodríguez, inspector de inspecciones oculares de la Policía Científica, y con José Carlos Beltrán, inspector jefe de antropología forense de la Policía Científica. Estos dos profesionales trabajaron en los atentados del 11-M.
José Antonio Rodríguez fue uno de los primeros agentes que entraron en los vagones en los que los terroristas habían detonado los explosivos. Su tarea y su trabajo era encontrar cualquier pista o indicio que pudiese ayudar en la investigación y conocer quién perpetró este brutal ataque que aún conmociona a la sociedad española.
Este inspector buscaba cualquier objeto que no encajase con el escenario. Baterías de móviles, pilas o cables que pudiesen ser con los objetos que los terroristas hicieron explotar las bombas. "Había metralla. Miles de elementos, objetos personales. Estábamos dentro y justamente se encuentra una de las mochilas", recuerda el inspector.
Además, en su trabajo de inspector también tuvo que realizar tareas en las que ayudaba a los heridos y a las víctimas que estaban dentro de los vagones. Sobre las secuelas que le dejó este atentado, José Antonio Rodríguez confiesa que sentía un nudo en la garganta que no le permitía ni comer ni llorar durante varios días.
Por su parte, José Carlos Beltrán estuvo junto a sus compañeros trabajando sin parar tres días. Este inspector jefe de antropología forense de la Policía Científica ha destacado que el 80% de los fallecidos fueron identificados en menos de 33 horas.
En su trabajo le ayudó la información que le aportaban los familiares de las víctimas. Las cicatrices, las operaciones quirúrgicas o el historial clínico fue información indispensable que necesitaron para la identificación de los cadáveres.
"Recuerdo familiares desesperados que en esos momentos no eran capaces ni de articular ninguna palabra. El 11-M fue una piedra angular, un punto de inflexión para materializar mediante normativa ese trabajo que se había desarrollado. Para poder coordinar todas las instituciones que estábamos implicadas", apunta el inspector jefe de antropología forense de la Policía Científica a las cámaras de 'Informativos Telecinco'.
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