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El juicio al futbolista Dani Alves acusado de agredir sexualmente a una joven en la discoteca Sutton quedó visto para sentencia el pasado 7 de febrero en la Audiencia de Barcelona. En las tres jornadas que duró el juicio, su defensa intentó conseguir atenuantes para rebajar una eventual condena, a la vez que el jugador afirmaba ante el tribunal que mantuvo sexo consentido con la víctima.
El tribunal publicará la sentencia en las próximas semanas, sin tener un plazo concreto: deberá resolver entre la absolución que reclama la defensa y las peticiones de condena de las acusaciones, de 12 años en el caso de la denunciante y de 9 de la Fiscalía.
El futbolista se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Brians 2, donde ingresó hace un año acusado de un delito de agresión sexual. En un primer momento compartió celda con otro preso, pero según recoge El Periódico, Alves pasó muy poco tiempo con compañero de celda. Actualmente el exjugador del FC Barcelona se encuentra en una celda individual.
El mismo medio destaca que la celda individual de Alves no se debe a ningún privilegio, sino a sus tareas en la limpieza y mantenimiento del módulo. Los presos encargados de estos trabajos se encuentran en celdas individuales para no molestar a sus compañeros de celda al tener que levantarse más temprano para realizar sus tareas.
El resto de su tiempo en la cárcel el deportista lo está pasando realizando ejercicio, según detalla el medio.
El juicio al futbolista quedó visto para sentencia el pasado 7 de febrero. La denunciante ratificó que el futbolista la agredió en el lavabo de la discoteca, como ha mantenido desde esa misma noche, el 30 de diciembre de 2022.
La abogada de Alves, Inés Guardiola, persigue un atenuante por embriaguez para rebajar la condena, y, al no contar con un test de alcoholemia que lo acredite, ha tratado de demostrarlo con el testimonio de los amigos que cenaron con el futbolista y con una prueba pericial encargada a dos psicólogas, que han constatado que "sabía lo que estaba haciendo" aunque estuviera ebrio.
En el juicio declararon una veintena de testigos; entre ellos, la prima y la amiga de la denunciante con las que salió de fiesta esa noche, trabajadores de la discoteca que activaron el protocolo de agresiones sexuales y mossos d'Esquadra que la atendieron.
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