Hace dos décadas Iberdrola daba un giro sustancial a su estrategia de mercado, la empresa hidroeléctrica apostaba claramente por las energía renovables y, en particular por la energía eólica. Los periodistas y los expertos se preguntaban ¿Cómo van a medir el viento? ¿Cómo van a saber dónde sople el viento suficientemente como para generar energía?. Dos décadas después, el CORE, el Centro de Operación de Renovables de España está de cumpleaños. Un centro pionero a nivel mundial que es visitado por empresas y gestores de todo el mundo para aprender de su tecnología puntera para aprovechar hasta el último dato que genere energía de forma eficiente. La eficiencia en las empresas privadas es fundamental: no se puede perder dinero por no saber lo suficiente cuando hablamos de inversiones millonarias.
Gustavo Moreno es el director del CORE ubicado en Toledo. “Desde aquí recibimos y controlamos tres millones de señales en tiempo real que nos dan toda la información sobre todos y cada uno de los molinillos de viento que tenemos instalados en el mundo”. Iberdrola cuenta con cuatro centros como el CORE de Toledo en el mundo, próximamente serán cinco con la inauguración del de Australia, pero en el de Toledo replican toda la información por su hubiera incidencias en cualquiera de los otros tres.
Estados Unidos, Escocia y Brasil cuentan con uno de estos centros de máxima tecnología, desde donde se gestionan los 300 parques eólicos y sus “inversores” el sistema tecnológico que genera y transforma la energía de cada molinillo. En total unos 10.000 aerogeneradores manejados en tiempo real.
Cincuenta y dos personas trabajan 24 horas los 365 dias del año para asegurarse de que la energía eólica funciona cuando tiene que funcionar. Ingenieros, meteorólogos, expertos en ciberdelincuencia, expertos en gestión de redes con un software propio son capaces de gestionar información valiosísima en tiempo real.
“Aquí contamos con los mejores meteorólogos porque nuestro negocio depende del viento, de conocer cuánto viento hará y donde para poner a funcionar los parques eólicos y ser capaces de generar electricidad. Nuestro negocio eólico depende del aire, y tenemos que ser capaces de que sean eficientes”, asegura Moreno.
Pero las rachas de viento no son la única variable que miden cada segundo en el CORE de Toledo. En tiempo real tienen la información de todos y cada uno de los componentes de cada molino de viento. Saben desde el aceite que es más eficiente y permite por ejemplo mayor durabilidad y engrase de los motores, hasta los materiales que tienen un mejor comportamiento a lo largo de los años. Una información muy valiosa para los fabricantes que, sin conocer cual de sus competidores es más eficientes, si reciben información sobre lo que funciona mejor o peor. “ De hecho nuestra obligación es intentar que las inversiones en los molinos alarguen su vida el máximo tiempo posible, cuando más tiempo tengan de vida en perfectas condiciones mejores márgenes tendremos de la inversión inicial”.
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