No se libra ningún hospital del Servicio Canario de la Salud. En todos hay pacientes en “situación de alta hospitalaria” que terminan saliendo del centro un año o dos después de lo que realmente deberían haberlo hecho. Se les acomoda durante meses en los servicios de Urgencias, son sobre todo hombres, han cumplido los 75 años y las estadísticas los agrupan ya bajo el epígrafe de “mayores abandonados en los hospitales”.
Canarias le ha puesto cifra a una realidad que allí se ha enquistado; hay 526 pacientes que aun teniendo el alta médica viven en las clínicas públicas porque ni la familia puede o quiere atenderlos, ya no pueden vivir por sus propios medios y no tienen una residencia asignada; están solos. “La media está en los 300, 400 pacientes de este tipo. Hay circunstancias como pueden ser estas, de mucha hospitalización por procesos víricos, que pueden dar estos picos, el problema es compartido por todos los hospitales”, asegura Dolores Fabelo, presidenta del Colegio Oficial del Trabajo Social de Las Palmas, que lleva lidiando años con esta situación.
“Si terminan en los hospitales durante tanto tiempo es que el camino de protección ha fallado por completo”. Fabelo, que trabaja en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, describe sí, casos de desarraigo y soledad y muchos, sobre todo, familias agotadas que no pueden continuar con el cuidado de familiares porque la ayuda de los servicios sociales no les ha llegado o no les alcanza. “Cuando tienes que salir a trabajar, tienes un sistema de Dependencia que solo te presta una hora para el cuidado del mayor, le tienes que dejar solo 7 u 8 horas, y no puedes pagar una cuidadora, o sacrificas con tu descanso su cuidado o terminas en muchos casos dejándolos en el hospital cuando tienen un ingreso por cualquier enfermedad hasta que la situación mejore”.
El Gobierno canario ha presentado un plan de urgencia para atajar la situación; una estrategia para la que quiere contar con la iniciativa privada, que permita la reubicación de estos pacientes de manera rápida en centros hasta que los servicios sociales verifiquen su situación y su capacidad de recuperar su autonomía.
“La oferta de plazas en residencias públicas es estructural, pero esos pacientes ocupan además unos recursos en hospitales durante mucho tiempo, hablamos del coste de una cama hospitalaria entre 600 y 700 euros al día; mientras que el de una cama sociosanitaria es de 100-120 euros diarios. Las camas especializadas están bloqueadas por estos casos que no se necesitan. El protocolo que ponemos en marcha busca una respuesta global, una solución realista con centros privados para terminar con esto”, asegura el viceconsejero de Bienestar, Francisco Candil González, a InformativosT5.com., que sitúa una primera inversión de 14 millones de euros.
El plan trazado entre Bienestar y Sanidad incluye el cruce de expedientes que permitan cotejar si el mayor abandonado en el hospital tiene concedidas ayudas sociales o está pendiente de ellas, “y que nos permita comprobar si las familias siguen recibiéndolas aunque no se ocupen del anciano, para, en su caso, solicitar retirárselas si no está tutelados por ellos”.
En este planteamiento se incluye una nueva realidad con la que se han encontrado en los últimos meses; la del jubilado europeo que vino en su momento a pasar meses a Canarias y se ha ido quedando, ha roto sus lazos familiares y su red de amigos en sus países de origen y se ha ido quedando aislado. Representan ahora todavía pocos casos; sobre el terreno los técnicos hablan de que un 5% de los mayores abandonados son europeos, pero en aumento. “Hemos localizado en varias visitas a lugares muy turísticos a jubilados extranjeros, muy mayores, con algún deterioro, viviendo en apartamentos económicos que a la larga pueden terminar en hospitales; nuestra preocupación en esos casos es trabajar con los países de origen”. Su pronóstico es que esos casos vayan al alza. “Si no se le pone coto podemos convertir a Canarias en la mayor residencia de mayores de Europa”, pronostica Candil.
La soledad es un problema creciente no solo en Canarias. El número de personas que vivían solas en 2021 según los datos del INE rondaba los cinco millones. De esa cifra, el 43,6% tienen 65 años o más. El dato en Canarias es de 66.300.
Administración y técnicos encaran unas necesidades de atención a la población mayor cada vez más demandantes. En 2017 las cifras de mayores abandonados en hospitales canarios era de 98; entonces concitó la atención de medios de comunicación y organismos; cinco años después supera el medio millar; la única receta que mencionan pasa por el incremento de ayudas y una agilización en la tramitación que en el caso del archipiélago sigue tardando más de 365 días.