FOMO o el temor a perderse algo, una ansiedad social cada vez más presente vinculada a las redes sociales
FOMO es una ansiedad social cada vez más presente y vinculada a las redes sociales, que afecta sobre todo a jóvenes
FOMO viene del acrónimo Fear Of Missing Out, es decir, el temor a perderse algo
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FOMO o temor a perderse algo es una ansiedad social cada vez más presente y muy relacionado con las redes sociales o con el mal uso de las redes sociales.
FOMO viene del acrónimo Fear Of Missing Out, el temor a perderse algo. “Es un tipo de ansiedad social cuyo componente principal es el miedo”, explica Ismael Dorado, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) en declaraciones a Infobae.
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El FOMO está muy vinculado al mal uso de las redes sociales. “Las redes nos permiten estar al tanto de una infinidad de acciones de determinadas personas, pero al mismo tiempo nos provocan el miedo a no estar en ellas, a no participar”, explica el experto.
El no poder estar en ese lugar en el que si están otros genera ansiedad, estrés y frustración, que aumenta cada vez que una persona abre una red social. A estas emociones hay que sumarles las que genera el esfuerzo de estar en todas partes, salir con mucha gente y compartir cada momento para que otros lo vean. Porque no vale solo con estar y participar.
Quiénes corren riesgo de padecer FOMO
Las personas más jóvenes están más expuestas a sufrir este trastorno que afecta especialmente, señala el experto al citado diario, a quienes son perfeccionistas y autoexigentes. “Personas que hagan lo que hagan siempre tienen la sensación de que les falta algo”.
Quienes padecen FOMO sufren también frustración e insatisfacción porque la vida de los otros, en redes sociales, siempre parecen perfectas, idílicas.
Los viajes, los restaurantes, la moda… Todo es imitado en las redes sociales. Así surge “la parte oscura de la de las redes sociales que nunca queremos ver”, afirma Dorado que señala “ese miedo a no ser populares, a no contar para el resto de las personas”.
De esta forma, uno renuncia a aquello que le gusta en favor de aquello que es instagrameable. Cuando eso ocurre y las redes sociales dejan de ser divertidas sencillamente, puede haber un problema.
Si hay un comportamiento compulsivo en redes, surge la necesidad de saber qué hace todo el mundo y compartir todo lo que hacemos para que todo el mundo lo sepa, hay un problema psicológico. El experto recomienda acudir a terapia para tratar el estrés y la ansiedad.
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