Todos hemos sentido alguna vez esa incómoda sensación de quedarnos en blanco. Puede que sea haciendo un examen, en una entrevista de trabajo o simplemente hablando entre amigos de un tema concreto. Es casi como si nuestro cerebro sufriera un pequeño cortocircuito y se desconectara durante unos segundos antes de desbloquearse y continuar.
Este es un problema que puede pasarle a cualquiera, y no se limita únicamente a los que sufren de ansiedad u otras patologías. Puede ir de evitar que recordemos palabras concretas a hacer que nuestra concentración desaparezca por completo o que simplemente perdamos el hilo de lo que estábamos diciendo. Se trata de una reacción de nuestro cerebro cuando está bajo presión y, básicamente, ocurre cuando la ansiedad interfiere con nuestra memoria, afectando al rendimiento en la tarea que estemos desarrollando.
Por lo general se trata de una respuesta a situaciones estresantes, fatiga o razones emocionales, que implican la liberación de hormonas como el cortisol. Estas invaden el cortex pre-frontal y el hipocampo, interrumpiendo la actividad neuronal y los patrones de funcionamiento de nuestro cerebro, haciendo que nos sea más complicado recordar detalles, palabras, etc. Por supuesto, hay casos en los que este problema aparece por lesiones en el cerebro, pero en estas ocasiones los lapsos mentales serán más frecuentes, por lo que es aconsejable acudir a un profesional si consideramos que es nuestro caso.
Actualmente no se trata de una respuesta que sea útil al ser humano actual, ya que según los expertos se trata de la forma en que el cerebro ‘apaga’ los sistemas innecesarios para cuando necesitamos reaccionar de forma inmediata y no pensar. Es decir, era la manera en que nuestros ancestros entraban en modo ‘pelea por tu vida’, centrándose solo en la acción directa, y no en la evaluación de las distintas opciones ante ellos.
Según los autores de un estudio científico publicado en la revista Science, esta sensación “agudiza nuestros sentidos, crea un estado de excitación temerosa y fortalece nuestros recuerdos de experiencias estresantes, a la vez que perjudica a nuestra capacidad de deliberación lenta”. En resumidas cuentas, que son nuestros instintos más básicos los que toman el volante para que podamos seguir con vida. Eso a nuestros ancestros les sería de mucha ayuda, pero hoy en día no lo es tanto.
Hay unas cuantas formas de estar preparado, además de existir maneras para intentar salir de estos vacíos mentales que llegan en los momentos más inoportunos
En cualquier caso, si sufres un vacío mental, no te preocupes, todos los seres humanos tenemos esa sensación de vez en cuando. Solo hay que saber como salir de ella lo antes posible.