Latinoamérica quiere más a España que nosotros a ellos. Nos ven con mejores ojos que a sí mismos y nos dan una puntuación de 6,9 puntos sobre 10. Sin embargo, las nuevas generaciones de latinoamericanos nos asocian antes que todo con la paella y están olvidando los vínculos históricos que nos unen. La investigadora Carmen González Enríquez, del Real Instituto Elcano, habla de la pérdida de "la conciencia, del recuerdo" de esa "relación muy intensa" que nos ha unido durante siglos.
Para los latinoamericanos, España no es la Madre Patria, pero tampoco la madrastra. "En realidad, no nos ven como ninguna de las dos cosas", me explica la autora del Barómetro de la imagen de España desde Latinoamérica, que refleja la distancia entre nuestras excolonias. "Cada vez más para los latinoamericanos, España es simplemente otro país de la Unión Europea. Y nada más", asegura esta estudiosa que achaca a este olvido de los lazos históricos a que las nuevas generaciones no estudian en sus institutos y colegios los siglos que van desde la colonización hasta la independencia de los diferentes países.
"La verdad es que se está perdiendo en América Latina la conciencia de que existió en el pasado una relación muy intensa en los siglos XVI a XVIII", en el periodo que va de la conquista a la independencia de estos estados. "Cada vez eso tiene menos peso en el recuerdo, en la imagen de España en América Latina."
Y tanto es así que la primera asociación mental que hacen los latinoamericanos preguntados sobre España no es que pidamos perdón por el llamado genocidio indígena, como reclamaba el presidente de México, López Obrador, sino de nuestra paella, el jamón y las tapas.
"A mí me ha sorprendido este resultado que no esperaba, que la principal asociación mental que se realiza de forma espontánea sobre España esté relacionada con la comida", asegura la autora del estudio. "Cuando preguntamos a la gente en qué es en lo que usted piensa, en primer lugar, cuando piensa en España. Lo primero que les viene a la cabeza, al 23% , es algo relacionado con la comida y la paella en primer lugar, el jamón y las tapas." Ya después hablan de Barcelona, Madrid o los toros.
El flamenco es "muy poco mencionado" y "antes pensábamos era un icono, digamos, muy importante de la imagen de España", pero "ahora parece mencionado solo por un 6 % de los encuestados". Los datos revelan que el 48% de los jóvenes latinoamericanos ignora los vínculos históricos de España en sus países, pero en general, nos ven con buenos ojos.
Las valoraciones son positivas, sobre todo en países como Guatemala y México que nos puntúan muy alto, mientras Perú y Chile, tienen una valoración más baja de nuestro país, "pero hablar de rencor es muy excesivo. Aquí no hay una valoración negativa, simplemente hay una valoración que es positiva, pero es algo menos que los otros", precisa González Enríquez.
Los datos revelan que somos vistos mayoritariamente como simpáticos, cultos y amables, pero también orgullosos. Son los chilenos, peruanos, ecuatorianos y colombianos los "más críticos" respecto a este rasgo de carácter que nos señalan. Sin embargo, son "muy pocas y dispersas las asociaciones espontáneas negativas y solo una supera el 2% de las respuestas: “discriminación, racismo, xenofobia”, del que hablan un 4% de los entrevistados.
En España viven más de un millón de inmigrantes latinoamericanos, de los cuales alrededor de 170.000 proceden de Venezuela, pisándole los talones los colombianos, que son la segunda comunidad más numerosa en el país, y detrás los ecuatorianos.
A pesar de estos datos y de lo que creemos desde España, los latinoamericanos no nos tienen como el destino preferido para emigrar, aunque sí para pasar unas vacaciones, aspecto en el que nos dan excelentes valoraciones. Pero, como primera opción para dejar su país aparece Canadá, seguido de Estados Unidos y solo en tercer lugar ponen a España, "aunque la lengua común juega a nuestro favor".
El sueño americano ha calado hondo en Latinoamérica, adonde miran para emigrar, según este estudio para el que se han entrevistado a más de 4.000 personas de Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, México Y Perú. Así lo explica González Enríquez que apunta a que "quizá la perspectiva de la emigración a Canadá o Estados Unidos parece más prometedora en el sentido de más oportunidades de llegar a posiciones de mayor riqueza."
"Yo diría que emigrar a Canadá o a Estados Unidos para un licenciado universitario latinoamericano, probablemente abre más puertas a una posible carrera profesional de éxito que en España, donde nuestro mercado de trabajo está probablemente más restringido". Además, tampoco España ha vendido esa imagen de "si tú trabajas mucho, te esfuerzas, eres inteligente y tal, puedes llegar a convertirte en multimillonario".
El mercado laboral en España "está más restringido en las ocupaciones de alto nivel de nivel a la inmigración, mientras que está muy abierto en las ocupaciones de nivel medio y bajo."
Son los latinoamericanos de derecha y de más edad, los que se sienten más cercanos a España y mejor nos valoran, algo que Carmen González Enríquez, también profesora de la UNED, explica por nuestro modelo económico, social, político más alejado del que defiende la izquierda latinoamericana.
"La derecha latinoamericana está mucho más cerca ideológicamente de ese modelo de Estado basado en la economía del mercado, basado en el derecho, basado en el respeto a las instituciones, etcétera".
Recuperar en el imaginario colectivo de Latinoamérica el papel histórico que tuvo España en todos estos países no es cosa fácil en un contexto, donde Estados Unidos es "la potencia cultural dominante", pero tampoco imposible.
Sería una buena ocasión, para plantearnos "una misión de las políticas culturales, apunta esta especialista. "La política cultural internacional española, debería tener en cuenta esta realidad que constatamos del progresivo olvido de la presencia española en Latinoamérica e incorporarlo, por tanto, a sus políticas culturales a través de los instrumentos posibles de acción exterior del Estado español".