Una médico que usa fentanilo contra el dolor en España: "Hay que vigilar al paciente para evitar la adicción"
Las muertes por sobredosis de fentanilo han aumentado en más del 90 % en tres años en EE UU
Una droga devastadora cuyo consumo también ha crecido en España por la expansión de su uso médico
Una doctora que lo utiliza en una Unidad del Dolor nos aclara el férreo control de este opiáceo en nuestro país para evitar una plaga como la que que asola EE.UU.
El fentanilo, un opiáceo 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina es el criminal en serie más letal de los EE.UU. Es el responsable de la actual crisis de opioides que asola el país y provoca más de 100.000 muertes al año. Una dosis de solo 2 miligramos de esta droga, que equivalen a entre 10 y 15 gramos de sal de mesa, ya es mortal.
Su consumo, cada vez más generalizado, ha aumentado en los espacios públicos norteamericanos de tal forma que los restaurantes y bares se han visto obligados a tener en sus negocios un medicamento, el narcan, que sirve de antídoto para las sobredosis de fentanilo de sus clientes, que se han multiplicado por dos en los últimos años.
Esta droga sintética puede aliviar dolores insoportables en apenas unos segundos y provocar en quien la toma una agradable sensación de bienestar durante varias horas. Esto la convierte en un fármaco muy útil pero también muy peligroso por su potencial adictivo.
Para qué se usa el fentanilo en España
España es el tercer país del mundo donde se consume más fentanilo con fines médicos, por detrás de Alemania y Estados Unidos. "Se usa en anestesia, en unidades de cuidados intensivos, en politraumatizados... pero también desde hace ya años para el tratamiento del dolor intenso. En principio comenzó utilizándose para tratar el dolor crónico causado por el cáncer, pero después se ha extendido su uso a dolores crónicos que no tienen origen oncológico", explica a NIUS Alicia Alonso Cardaño, coordinadora nacional del grupo de trabajo de opioides de la Sociedad Española del Dolor.
"Está indicado para el dolor severo. Se utiliza cuando otros analgésicos menos potentes u otro tipo de terapias no farmacológicas fallan en su tarea de aliviar el sufrimiento del enfermo. El uso de esta sustancia, en sus diferentes presentaciones -se puede admnistrar por vía intravenosa, vía transdérmica o vía transmucosa- no deja de aumentar. Según la última Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES), su uso se ha multiplicado por cuatro en solo dos años: en 2020 la habían consumido el 3,6% de las personas que habían usado opioides alguna vez en su vida, en 2022, el porcentaje era ya del 14%.
"Es un opiáceo que genera mucha polémica porque puede producir tolerancia. Es decir, que el paciente cada vez necesite más dosis para aliviar el dolor. Y también adicción, dependencia física y psicológica del mismo", reconoce Alonso Cardaño, anastesióloga en la Unidad de Dolor del Hospital Universitario de León. "Es cierto que en algunos países hemos visto que los pacientes se han enganchado a este fármaco, que no lo pueden dejar, y eso les lleva a buscarlo fuera del ámbito médico, pero en nuestro país es practicamente imposible que algo así suceda", dice tranquilizadora.
Cómo se controla el uso del fentanilo en España
Aunque su consumo ha aumentado mucho dentro de nuestras fronteras este opiáceo no está causando los problemas de adicción y muertes que provoca en EE.UU. La razón la explica con claridad la experta. "Aquí los pacientes que lo toman siempre lo hacen con receta y sometidos a un férreo seguimiento sanitario. Gracias a la receta electrónica podemos controlar cuántas recetas ha recibido un paciente, qué médicos se las han preescrito, etc", especifica Alonso Cardaño.
"Además", añade, "el especialista lleva un control regular del tratamiento que manda al paciente. Con la dosis adecuada para su caso, personalizada. Siempre hay que buscar la dosis mínima eficaz, que va a variar en función de la edad, del peso corporal, de sus enfermedades concomitantes o de su perfil psicológico", avanza. "A raíz de los problemas ocurridos, sobre todo en Estados Unidos, hemos aprendido que es muy importante determinar de antemano el riesgo que tiene un paciente antes de iniciar una terapia con fentanilo. Pues hay algunos que tienen unas características sociales o psicopatológicas tendentes a desarrollar adicciones, y en estos casos hay que recetarlo con mucho cuidado", destaca.
Eso no significa que quienes lo toman en España no puedan desarrollar una adicción. "También puede suceder, porque es un efecto secundario de este opiáceo, pero para eso está el control del médico. Hay que dejarle muy claro al paciente los posibles riesgos que tiene si no cumple con las instrucciones que se le dan. Hay que ver regularmente si la dosis inicial es suficiente, si hay que aumentarla, si hay que disminuirla... Y por supuesto hay que controlar el desescalado del tratamiento una vez que se considere que ya es suficiente. Esto se realiza siempre bajo control médico y de forma progresiva", añade.
Para mayor seguridad, en 2021, el Ministerio de Sanidad impuso un visado especial para recetar el fentanilo de acción ultrarrápida, el más adictivo. Estableció un control especial para restringir su uso a una situación muy concreta: el dolor oncológico disruptivo. "Es decir, solo se debe administrar a personas con cáncer que sufran picos muy fuertes, no para los dolores crónicos de estos u otros pacientes", indica Alonso Cardaño.
Según la experta anastesióloga, el aumento de consumo de fentanilo en los últimos años en España no se ha dado en los de acción ultrarrápida, sino en los de acción lenta, que permiten una toma cada 12 o 24 horas del fármaco. “Para los ultrarrápidos hay que hacer un informe personalizado. Justificar por qué ese fármaco es el idóneo para ese paciente y luego estudiar cada caso", detalla.
A pesar de sus riesgos la anastesióloga defiende su uso. "Es muy útil para aliviar el dolor de muchos pacientes y bastante seguro en nuestro país y en el resto de Europa, donde llevamos ya décadas utilizándolo sin problemas importantes", señala. "Hay que poner en una balanza el aliviar el dolor de los pacientes y el incurrir en los menos posibles efectos secundarios, pero piensa que todos los grupos de analgésicos los tienen, desde el ibuprofeno al nolotil. Algunos, como los del fentinol, son más graves, pero por eso el control es mayor", destaca.
¿Es posible el salto del consumo médico al consumo ilegal?
Según los expertos consultados el uso inadecuado o fuera del ámbito médico en España es muy poco significativo. "No hay datos de que el consumo de fentanilo en nuestro país esté originando los problemas que ha creado en Estados Unidos", recalca. "Date cuenta que su sistema sanitario es totalmente diferente. Pueden encontrarlo sin receta en el mercado ilícito, ilegal o negro. La mayoría de muertes se producen porque está adulterado, mezclado con otras sustancias, con otras drogas que hacen que sea aún más peligroso".
"No existe ningún control de estos pacientes, que desarrollan una adicción que nadie frena. No están bien dirigidos a la hora de desescalar estos fármacos. La medicina es privada. Si tienen que recurrir a una unidad de deshabituación pues tampoco hay un soporte social, un soporte sanitario, como ocurre en nuestro país, donde la cobertura médica es universal, para ayudarles", advierte.
"Aquí, si se mantienen las medidas que se están implementando hasta ahora. Resumo, el control de la prescripción, el seguimiento férreo de los pacientes y la formación específica de los médicos, que vamos aprendiendo qué no debemos hacer para caer en los errores que se han cometido en otros lados, lo cierto es que la posibilidad de que el fentanilo salte del consumo médico al consumo ilegal y recreativo, como ha sucedido en EE.UU, es muy lejana y que se convierta en un problema de salud pública, como allí, practicamente imposible".