En Asturias, el bar de la estación de autobuses del municipio de Ribadesella se ha convertido en toda una meca de la gastronomía gracias a la magnífica mano de su cocinera.
Son cada día más las personas que acuden hasta allí para degustar la tortilla y el rollo de bonito, los platos estrella que prepara Loli, su dueña.
Esta última es una receta que aprendió con tan sólo 11 años y que ahora ha convertido a su restaurante en un lugar de peregrinación. A sus 78 años, asegura que a veces está "cansada" pero que, cuando llega alguien diciéndole lo buena que está la comida, "le da un subidón".