El cariño evita el cierre del hotel más pequeño del mundo de El Hierro: "Los canarios sí han alzado la voz"
El cariño de los vecinos de El Hierro evita el cierre del hotel más pequeño del mundo
El dueño del Hotel de Punta Grande avisó que cerraría el negocio por los ataques y vandalismo recibido
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David Nahmias, dueño del hotel más pequeño del mundo, ha anunciado que no cerrará su negocio por todas las muestras de apoyo y ánimo que ha recibido. “Es nuestro hijo, un hijo grande al que habían abandonado y sobrevivía con zapatos rotos. Huérfano de cariño, de atención y de calor humano”, así ha descrito lo que para él era su proyecto de vida, situado en el pequeño municipio herreño de La Frontera (Islas Canarias).
Pero no ha dudado en mostrar su indignación por todas las instituciones herreñas que no se han pronunciado sobre el cierre del hotel. “Ellos valorarán si les interesa arreglar el muelle de Punta Grande, otro Bien de Interés Cultural”, ha manifestado. El cierre de la propiedad estaba previsto para enero de 2024.
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Denuncian dejadez por parte de las instituciones
El hotel más pequeño del mundo de Punta Grande está considerado como Bien de Interés Cultural (BIC). Con sus tres únicas habitaciones, el propietario continúa luchando por este negocio y asegura que no cerrará "porque no quieren, porque todo su amor, pasión, dinero y salud están ahí dentro”. “No somos solo un pequeño hotel, somos su alma”, señala.
La dejadez de las instalaciones, los ataques recibidos y el vandalismo que han sufrido le llevaron a tomar la decisión. Pero la calidez de todos los canarios ha conseguido lo contrario. “Ellos sí han alzado la voz, de todas las islas, y muchos habéis llegado y nos habéis rogado y animado a mantenerlo abierto. Muchos venís cada año y os quedáis con nosotros, sois familia, amigos”, ha señalado.
Un sueño que comenzó en 2018
"Cuando llevas mucho tiempo luchando por dicho sueño y este se ha hecho realidad, deberías saltar de júbilo, de alegría, deberías sentirte realizado. Para nosotros no ha sido así. ¡Y contaré por qué! Nadie se va a quedar con las ganas de saber todo lo acontecido en este tiempo. Tiempo al tiempo”, explicó.
En abril de 2018, Lamberto y Britta Wagner -los antiguos propietarios de la instalación- les entregaron las llaves de un sueño que todavía sigue siéndolo. Ahora tan solo espera que las instituciones muestren intenciones de arreglar el muelle de Punta Grande, su otro Bien de Interés Cultural que tiene El Hierro y pueda continuar con su pequeño negocio que tanto amor ha conseguido.