Tras más de siete horas atrincherado, ayer un policía jubilado de Alzira, en Valencia, mató a su expareja, Raquel, de la que llevaba cinco meses separado. Después se suicidó. La hermana de la víctima, Ángeles, gritó al conocer el fallecimiento: "No hay derecho, tenía toda la vida por delante".
"Nunca piensas que te vaya a pasar algo así, esto es muy duro y muy amargo", decía ayer Ángeles Lorente, nada más conocer a las puertas de la casa de su excuñado que este había matado a su hermana Raquel.
"No hay derecho, tenía 58 años y toda la vida por delante", añadió. Las amigas de Raquel, de 58 años, que estuvieron todo el día a las puertas de la casa del agresor trataban de asimilar que el desenlace fue el peor posible.
Y no dudaron en señalar que Bartolomé Berenguer, un policía jubilado de 72 años, era posesivo y machista y la sometía a maltratos psicológicos, afirman en declaraciones recogidas por el diario Levante-emv. "Siempre la amenazaba, pero él nunca hacía nada, no llegó a haber violencia física, al menos que ella nos contara”, pero “era un machista, sólo la quería para él y no quería que estuviera con nadie más, quería incluso que se separase de nosotras”.
Ese día, Ángeles fue a casa de su verdugo, del que se había separado hacía cinco meses tras doce años de matrimonio, a recoger algunas pertenencias.
El Ayuntamiento de Alzira ha convocado una concentración de repulsa hoy a las 14:00 horas.