El incendio que arrasa la isla de Tenerife desde el pasado martes ha calcinado ya más de 15.000 hectáreas. Aunque por fin las condiciones han llevado a pensar que puede empezar a estabilizarse, las altas temperaturas instan a seguir siendo muy cautos. La voracidad de las llamas lo han llevado a convertirse en el incendio más importante del año en España.
Un tercio de la masa forestal de la bella isla está afectada y el fuego, con su destrucción, también ha arrasado gran parte del Parque Natural de la Corona Forestal de Tenerife. Aunque la situación ha mejorado en la zona, todavía quedan muchas fumarolas y los medios de extinción continúan a destajo enfriando el terreno.
Como ha comprobado Informativos Telecinco in situ, en la llamada ‘subida de la Esperanza’, la más transitada para llegar al Teide, el escenario actual muestra el desastre ecológico provocado por el fuego y su magnitud.
Mientras ayer “la mayor parte de los desalojados por el incendio” pudieron volver a sus casas, como precisaba el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, –si bien todavía más de 3.100 de zonas de Tacoronte, Güimar, El Sauzal y Santa Ursula, permanecen evacuadas––, hoy los bomberos tienen todavía mucho trabajo para poder controlar las llamas.
Según ha comunicado 112 Canarias a primara hora de este mismo miércoles, “anoche se produjeron reproducciones en la parte alta de la vertiente norte y sur de la isla que han sido atacadas por los medios de extinción”, mientras hoy “podrá haber reproducciones en buena parte del perímetro debido a las altas temperaturas”.
Para combatir la situación, los medios aéreos ligeros actuarán a lo largo del día “en la vertiente norte y los medianos intensifiquen su trabajo en el Valle de Güímar, Las Dehesas y Mal Abrigo”.
El fuego continúa avanzando especialmente por el frente sur, que ayer sumó 100 hectáreas quemadas más en Güimar. Los bomberos vigilan posibles reactivaciones en las horas de más calor, dado que las temperaturas son muy altas.
Hasta 610 efectivos terrestres y una veintena de medios aéreos van a continuar luchando para intentar al menos controlar el fuego. Lo más complicado suele estar en el fondo de los barrancos, por lo inaccesible de ellos y por la concentración allí de altas temperaturas.
A pesar de todo, no obstante, los efectivos desplazados a la zona esperan poder perimetrar el fuego en el día de hoy.