Casi 7.000 vecinos afectados por el devastador incendio de Tenerife viven pendientes de su futuro, de cómo puede afectar a sus casas. Muchos de ellos han tenido que salir en medio del pánico y la desolación. El desastre natural resulta mayúsculo puesto que el fuego, el peor de los últimos 40 años en Canarias, está destrozando parajes emblemáticos de la isla.
Las imágenes del mirador de Chipeque envuelto en llamas se han convertido, en las últimas horas, en el símbolo de la riqueza que se está quemando en Tenerife. Desde ese punto se disfrutaba de una de las mejores puestas de sol de la isla, con el mar de nubes cubriendo el valle de La Orotava y el fondo del majestuoso Teide. Por ello, era parada obligatoria para los turistas pero también un lugar muy querido para los chicharreros.
El incendio está consumiendo buena parte de la corona forestal, el anillo protector del parque nacional del Teide, espacio natural protegido y uno de los bosques mejor conservados del archipiélago. De hecho, cuenta con especies endémicas como el pino canario y es el hábitat del pinzón azul, un ave que sólo existe en Tenerife.