Llevaba casi ocho meses en una habitación de la UCI del Gregorio Marañón y necesitaba respirar aire puro. Hoy, que celebra sus bodas de oro, ha podido salir a la calle con toda su familia, gracias al despliegue técnico que ha hecho el personal del hospital madrileño.
El amasijo de cables y aparatos que hay que reconectar es enorme, pero merece la pena.
Juana lleva más de siete meses en la UCI recuperándose de un ictus y un infarto. Cuando los sanitarios del Hospital Gregorio Marañón de Madrid la sacan de su habitación, está a punto de revivir sensaciones olvidadas.
Agradecimientos infinitos porque de nuevo vive, no se cansa de repartir cariño a su hija, a sus enfermeras, Juana está feliz.
Con mirarla es fácil entender lo que siente, aunque todavía le queda algo más de convalecencia para cumplir su sueño definitivo.
De vuelta a la realidad, el recreo es corto, de nuevo a su cama en la Unidad de Cuidados Intensivos. Hoy cumple 50 años de matrimonio y ha sido sin duda el mejor regalo posible.