La familia de Vicky, la niña de 14 años desaparecida en Albacete el 27 de mayo y localizada cinco días después junto a un profesor universitario de 43 años, quien supuestamente la engañó y manipuló para ir con él a través de las redes sociales, vive una situación muy delicada. La menor se encuentra "en estado de shock", todavía no ha podido relatar a sus padres lo que ocurrió con el docente en su vivienda de El Espinar, en Segovia, donde la habría retenido contra su voluntad, según apunta a Informativos Telecinco la madre de la adolescente, Maríana.
Han pasado 11 días desde que la menor regresó con su familia. Sus padres aseguran que ellos están "bien", con el alivio de que Vicky está sana y salva, pero que tienen por delante "un proceso lento y largo", ya que la adolescente "vivió días de sufrimiento y eso pesa mucho". Ahora mismo, según Mariana, "no habla ni quiere salir a la calle". No ha retomado la normalidad. No está yendo al instituto ni irá lo que queda de curso. Desde que está en su casa solo ha salido dos tardes y porque su familia le ha insistido para que tome el aire un poco o para ir a comprar algunas cosas. Además, come, pero no come como antes.
La adolescente aún no se ha visto con la suficiente fuerza de relatar el horror al que estuvo sometida. "Todavía no nos ha contado cómo ha sido, cómo le conoció y cómo le habló. Ha estado en una cita con la psicóloga, pero tampoco ha podido hablar. Vamos a esperar a las siguientes citas a ver si poco a poco vamos encontrando respuestas, porque todavía no las tenemos. Ella no habla porque no quiere revivir ni recordar nada", precisa su madre.
Sus padres no le insisten en saber qué sucedió porque los expertos les han dicho que podría ser peor. No quieren presionarla bajo ningún concepto. Vicky solo ha dado detalles en su declaración ante la policía. Y sus declaraciones parten del momento en el que estaba en la vivienda del municipio segoviano. Según explica Mariana en este medio, ella, lo poco que le ha contado, es que "lloraba y no quería estar ahí, quería salir".
La menor presuntamente salió de su casa en Albacete pensando que iría a algún tipo de fiesta o reunión con gente de su edad, nunca por una relación amorosa con un adulto: "Eso está totalmente descartado". No se descarta que el profesor de la UNIR arrestado le prometiera cosas o le mintiera respecto a su edad para poder quedar con ella.
Mariana afirma que le preguntó a su hija si era consciente a lo que iba al salir de casa el 27 de mayo y que le dijo rotundamente "que no", que "para nada". La madre asegura que la menor tiene una forma de ser "muy inocente", que no es como otras chicas de su edad que sí pueden salir más. "Ella fue totalmente engañada", precisa la progenitora.
Vicky dijo ante los agentes que el hombre que la mantuvo presuntamente retenida "le daba una pastilla por la mañana con un vaso de agua", por lo que los investigadores analizarán la posiblidad de si hubo sumisión química. El forense, hasta el momento, no ha confirmado nada. Pese a todo, el profesor arrestado podría ser acusado de varios delitos, como inducción al abandono del hogar de un menor e incluso agresión sexual, entre otros.
La familia de Vicky espera que se haga justicia y que el detenido vaya a la cárcel. Por ahora no tienen detalles de lo que le pudo hacer a su hija, pero saben que se está investigando y que "no es que los agentes no quieren decirnos nada, sino que no pueden". Mariana agradece el trabajo de la Policía Nacional: "Al final nos dirán todo y cómo fue". En cuanto a la fecha de juicio, se estima que podría tardar en celebrarsese al menos cuatro meses, como mínimo.
Mariana quiere dejar claro también otros detalles de la desaparición y localización de su hija. Asegura que Vicky nunca pidió ayuda desde un coche gris, como apuntaron unos niños de Albacete: "Esa denuncia fue falsa, no se subió a ningún vehículo". Además, pide que en casos similares al de la menor se tenga más cuidado con los datos que trascienden de las investigaciones. "La información de que vieron a Vicky en Chamartín casi termina entorpeciendo todo. Mi hija en la declaración dijo que él vio las noticias, supo que le habían visto, y comenzó a sudar, a no dormir y a ponerse nervioso. Podría haber tomado otra decisión, estaba planeando qué hacer. Podría haber terminado en algo trágico", precisa la madre.
Los padres de Vicky, desde el momento de su desaparición, en la noche del 27 de mayo, cuando la menor dijo que se iba con unas amigas, comenzaron a preocuparse. Estuvieron durante cinco días sin saber dónde estaba su hija y vivieron horas de verdadera tensión. Cuando supieron que las autoridades localizaron a la menor en Segovia el 1 de junio y que iban a reencontrarse con ella en Madrid, se quedaron sin palabras. Al verla, Mariana asegura que la abrazó y sintió que le había "vuelto el alma al cuerpo": "No tengo palabras para explicarlo. Fue muy emotivo. Ningún reproche. Nos recomendaron darla mucho cariño".
El entorno de Vicky nunca se imaginó que pudiera ocurrir algo así. "Uno a los hijos les presta toda la atención. Yo me dedico plenamente a ellos y nunca pensé que esto me pudiera pasar. No soy de revisarles con quién hablan o no, somos una familia muy normal, pero a partir de ahora las cosas serán diferentes. Porque sí que es necesario e importante preguntarles más con quién se relancionan. A su edad se exponen en las redes y no nos paramos a pensar en que les pueda suceder algo así", sentencia Mariana, que ahora solo tiene en su cabeza una idea: que su hija sea capaz de salir del shock, hable, se quite de encima los demonios de estos días de infierno y vuelva a ser la joven que era, su Vicky de siempre. Y por ello, pelearán y estarán a su lado.