"Pido disculpas por todo el daño causado", son las últimas palabras pronunciadas por Alberto G.R. a modo de cierre del juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Valladolid tras aceptar una condena de cinco años de cárcel y ocho de privación del carné de conducir como autor del doble atropello mortal que en octubre de 2022 costó la vida a un padre y su hijo, vecinos de Velliza, cuando caminaban por el arcén de la carretera.
La vista oral se ha centrado exclusivamente en lo concerniente a algunos conceptos de las indemnizaciones que el conductor y la compañía Generali España, como responsables civiles directo y subsidiario, respectivamente, habrán de abonar a los familiares de Fernando L, de 85 años, y su hijo Alberto, de 55, fallecidos en el acto al ser arrollados aquel fatídico día por la Renault Kangoo que, bajo los efectos del alcohol, conducía el acusado.
Y es que, a mayores de los más de 300.000 euros de indemnización ya cerrados, el fiscal del caso solicita casi otros 33.000 euros, en concepto de convivencia, para Ángela H.A, viuda de Fernando y madre de Alberto, mientras que la acusación particular coincide en esta petición pero también reclama casi 11.000 euros para cada uno de los dos nietos y sobrinos de ambas víctimas, Ángel y Marcos G.L, de 22 y 18 años, respectivamente.
De este modo, el juicio se ha prolongado durante casi una hora al encontrarse las dos acusaciones con la frontal oposición del letrado de la aseguradora, quien ha advertido de que con respecto a la viuda de Fernando y madre de Alberto, la perjudicada ya firmó en su día un documento en el que se daba por satisfecha con las cantidades consignadas, lo que, de facto, suponía la "renuncia expresa" a cualquier otra cantidad a mayores, mientras que con relación a los dos nietos y sobrinos de los fallecido no se dan, a su juicio, los requisitos para considerarles "allegados" por razón de convivencia familiar.
Sin embargo, la acusadora particular, en declaraciones recogidas por Europa Press, entiende que el documento firmado por la anciana suponía la conformidad con lo consignado por la aseguradora hasta el momento, sin que ello implicara renunciar a otras cantidades que pudieran corresponderla, y en el caso de los dos nietos y sobrinos de los fallecidos ha hecho valer su "afectividad, convivencia y parentesco íntimo" con las víctimas para reclamar las correspondientes indemnizaciones que compensen el "perjuicio moral" causado.
De hecho, los jóvenes Ángel y Marcos, durante su comparecencia como testigos, han coincidido al destacar la gran afinidad y contacto que mantenían con los fallecidos con motivo de sus estancias durante todos los veranos y las Navidades en el domicilio de los abuelos en Velliza y los trabajos que también compartían con su tío fallecido a la hora de sacar la miel de las colmenas o cuidas los almendros de la finca. "Hacíamos mucha vida familiar", ha resumido Marcos, el menor de los dos jóvenes hermanos.
Así, la Audiencia de Valladolid habrá de pronunciarse únicamente respecto de si amplía el capítulo indemnizatorio para estos tres familiares de los fallecidos, ya que en lo tocante a la responsabilidad penal Alberto G.R. se ha conformado con una condena de cinco años de cárcel y la privación de carné de conducir durante ocho años por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y dos delitos de homicidio por imprudencia, en lugar de los seis años de prisión y los diez de prohibición de conducir que pedían las acusaciones pública y particular.
En el caso del primer delito, el tribunal le aplicaará la agravante de reincidencia, ya que cuenta en su haber con una condena anterior por idénticos hechos, y la atenuante de reparación del daño puesto que ha consignado 20.000 euros de indemnización en favor de la familia de los fallecidos.
El broche a la vista oral del juicio lo ha puesto el propio acusado en el turno de las últimas palabras ofrecido por el magistrado presidente de la sala y que ha aprovechado Alberto G.R. para mostrar su pesar por lo ocurrido: "Pedir discuplas por todo el daño causado".
El autor confeso del doble atropello circulaba sobre las 18.15 horas del día 30 de octubre de 2022 al volante de un Renault Kangoo por la carretera VP-5805 (Tordesillas-Ciguñuela), dentro del término de Velliza.
Circulaba bajo los efectos del alcohol, conducta que ya había repetido en alguna otra ocasión, como demuestra una condena anterior por los mismos hechos, y en tal circunstancia tenía mermadas sus facultades psicofísicas, con la consiguiente lentitud de reflejos, reducción del campo visual y alteraciones en la percepción que limitaban gravemente su aptitud para la conducción.
Fue al circular a la altura del kilómetro 8,700 de la referida vía cuando desvió su trayectoria hacia el lado izquierdo de la misma por donde transitaban de forma totalmente correcta Fernando L, de 85 años, y su hijo Alberto, de 55, vecinos de Velliza, a los que arrolló por detrás y causó la muerte en el acto.
Personados agentes de la Guardia Civil en el escenario del siniestro, practicaron la prueba de alcoholemia al acusado y la misma arrojó un resultado positivo de 1,04 y 0,94 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Los agentes también comprobaron entonces que el conductor presentaba signos evidentes de encontrarse bebido, como el aliento con olor a alcohol, habla titubeante y pastosa, incoherencias y oscilaciones en la verticalidad del cuerpo.