Iryna Palii, la madre de Emily Vaquero, quien tiene una orden de detención en el marco de un caso de sustracción parental, ha cruzado la frontera con Ucrania pese al requerimiento policial que pesa sobre ella, tal como ha informado la plataforma SOS Desaparecidos.
“Aún con el aviso nuestro a las autoridades de Ucrania, se lo han pasado por el forro”, expresan literalmente desde el perfil de la asociación, que denuncia que “los padres y madres que sufren una sustracción parental están abandonados”.
Según fuentes de la investigación, la pequeña se encuentra en buen estado.
Fue el pasado 19 de mayo cuando el padre de la niña vio por última vez a la pequeña, de solo 2 años, y a la progenitora, de 34 y nacionalidad ucraniana, en Zaragoza. Ninguna de ellas se encontraba en el domicilio familiar y, sin ningún rastro, alertó entonces a las autoridades de la desaparición de ambas, lo que hizo que inmediatamente se activase la alerta de búsqueda de ambas.
Iryna se llevó a la niña tras recogerla de casa de los abuelos alegando que iba a llevarla a una fiesta de cumpleaños. Por lo que se llevó de casa, el padre pensó entonces que se había ido con ella para no volver.
Las cámaras de seguridad de la comunidad en la que viven captaron a la progenitora con su hija y con maletas, lo que pronto sembró la sospecha de un caso de sustracción parental.
Tras la denuncia del caso, la jueza que lleva el caso, la misma que lleva el procedimiento de divorcio de los padres de la menor, que otorga la guardia y custodia al padre de la menor, ordinó la prohibición a Iryna de salir del país. Por eso, llamó a los cuerpos policiales competentes en la materia a realizar las gestiones pertinentes para el cierre de fronteras y prohibición de expedición de pasaporte a la niña. Ahora, sin embargo, se sabe que saltándose toda orden la progenitora ha cruzado las fronteras de su tierra natal.
Acusada de un presunto delito de sustracción de menores, la familia paterna señaló que ella ya había manifestado con anterioridad que quería irse con su hija, y que el padre podía quedarse con la casa y todas las pertenencias de ambos.