El incendio en la comarca cacereña de Las Hurdes (Extremadura) ya se encuentra estabilizado, pero el fuego deja 12.000 hectáreas de desolación. Una extensa sombra de cenizas cubre el paisaje que hasta hace unos días se encontraba repleto de pinos. Un desastre natural que, según los indicios, fue provocado y en el que ahora se trabaja para evitar que se reactiven focos en una tierra todavía humeante.
Negras montañas rodean los pueblos de Las Hurdes y la Sierra de Gata. Es el color de la naturaleza carbonizada y el de los sentimientos de los vecinos: "La tristeza de ver el monte como ha quedado". "Sientes vacío y da mucha pena", cuenta una mujer. Un vacío que se extiende por miles de hectáreas: "Un desastre, solo hay que verlo".
En los bosques más frondosos de Cáceres solo quedan ahora los delgados troncos de los pinos que parecen agujas clavadas en la tierra: "Muy triste y desolador ver todo negro". "Da pena, es tu lugar donde vives", cuenta una joven. Y a donde han podido regresar las 700 personas que fueron evacuadas: "Dando gracias porque por lo menos las casas y el pueblo se han salvado".
Las lluvias dispersas en esta zona ayudan a los bomberos a refrescar un terreno del que todavía emerge humo. Y aunque no es la primera vez que el fuego arrasa este paraje, sí que ha sido uno de los mayores incendios con la indignación añadida de que haya podido ser provocado: "Porque estás viendo que se te está quemando la vida". Y harán falta años para que en estos montes vuelva a brotar esa vida.