Santiago (nombre ficticio), padre de tres hijos de 3, 5 y 9 años ha empezado este año una cruzada contra los piojos en las cabezas de sus hijos. Nunca habían tenido piojos, cada vez que llegaba un mensaje del colegio avisando de que había piojos en clase, revisaba las cabezas de los niños y nada.
Pero este año la cosa ha cambiado. Empezaron con los piojos desde el comienzo del curso y prácticamente no los han soltado. "Después de usar las lociones recomendadas por el médico y la lendrera, era cuestión de dos o tres semanas que volvieran a aparecer los picores. Cada vez nos teníamos que despiojar todos. Es muy cansado y al ser tan frecuente, también es bastante dinero", explica este padre.
Lo mismo le ha pasado a Tomás (nombre ficticio), padre de dos hijos de 8 y 5 años. "Nunca había visto tantos piojos juntos en la cabeza de mi hija. Y encima me he contagiado yo y no hay forma de acabar con ellos". María, también nombre ficticio, tiene una hija con el pelo largo, fino y rizado. "Un espanto para acabar con los piojos. Es desesperante, la tiro del pelo y le duele, y llora. Hubo un día que al quitarle la goma del pelo cayeron siete piojos en la bañera, casi me muero. Nos costó más de un mes librarnos de ellos".
"No hay más casos de pediculosis, conocidos como piojos, ahora que antes", aclara Xavier Díaz, coordinador nacional del grupo de trabajo de niños y adolescentes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). "Es verdad que en la pandemia hubo un bajón tremendo, los niños no iban al colegio, cuando volvieron estaban separados y no había tanto contacto social. Pero la vuelta a la normalidad no ha hecho que haya más piojos, aunque sí podemos decir, que cada vez vienen más personas a la consulta porque los piojos perduran, y no son fáciles de erradicar. La única razón es que no se hace bien el tratamiento y eso hace que se hagan más resistentes", asevera Díaz.
El tratamiento tiene que ser preciso. Es lento pero si es riguroso se eliminan fácilmente. "Mejor que los champús, son las cremas y lociones. Hay que leer el prospecto", insiste Díaz, "porque muchas veces estos productos se echan con el pelo mojado y es más efectivo hacerlo con el pelo seco y luego lavarlo".
Además, es imprescindible pasar la lendrera durante siete días seguidos después del tratamiento para quitar las posibles liendres que queden agarradas al pelo. "Y no una lendrera cualquiera, debe ser con punta redondeada, de metal y con una separación entre las púas de no más de 0,2 milímetros. Las de plástico no son efectivas", dice Díaz.
Según el último estudio realizado por Cinfa y la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), sobre percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis, realizado en 2019, revelaba que solo el 20,4% lleva a cabo el tratamiento correctamente, ya que el resto no aplica el conjunto de medidas necesarias para garantizar su efectividad: seguir las instrucciones del fabricante, peinar mechón a mechón con la lendrera, no usar secador, seguir pasando la lendrera en las dos semanas siguientes y verificar a los siete días si todavía hay parásitos, en cuyo caso habría que reaplicar el tratamiento.
Importante también lavar sábanas, peluches, toallas que el niño o la niña hayan utilizado, y hacerlo a 60 grados, sino no es eficaz.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Familiar, destaca también que "aunque es muy molesto, el Pediculus Humanus Capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye, en ningún caso, un peligro para la salud". Es más, hay varios mitos que nos son ciertos.
Por eso es más frecuente que las niñas tengan piojos. Según el último estudio realizado por Cinfa y SEMFAC, en España la pediculosis es más frecuente en las niñas, ya que seis de cada diez (55,8%) tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente a la mitad de los niños (47,5%).
"A día de hoy se sigue relacionando el tener piojos con cabello sucio y falta de higiene, y no es así. Lo piojos van más al cabello limpio, fino y largo", explica Díaz, por eso es más habitual entre las niñas por los juegos de cercanía y que son más proclives a compartir artículos de pelo", afirma el experto. "Hay que normalizar la pediculosis en la sociedad como un problema más de salud, fácilmente atajable. Eso conlleva transmitirlo al colegio. Si tu hijo tiene piojos y no lo dices, los otros padres no están prevenidos y en cuestión de días puedes tener un colegio entero infectado".
"Cuanto antes los pilles, más fácil será eliminarlos", resalta Díaz. Pueden pasar hasta 6 semanas desde la infestación hasta los primeros picores.
Para conocer bien a este enemigo hay tomar las medidas preventivas necesarias para mantener los piojos lejos de las cabezas; aprended a pasar la lendrera correctamente; y avisar al colegio en caso de que aparezcan. Elegir bien el tratamiento, no confiar en tratamientos caseros, seguir instrucciones del fabricante y no utilizar secadores. Durante el tratamiento hay que extremar la higiene en casa y no bajar la guardia en días posteriores -al menos durante dos semanas- rematan el decálogo de consejos.