Paula Ribó, alergóloga: "Se usa la palabra alergia con demasiada facilidad y eso es un problema"
Se estima que en 2050 el 50% de la población mundial padecerá algún tipo de alergia a lo largo de su vida
Esta respuesta alterada de nuestro sistema inmunológico hoy por hoy no tiene cura pero sí se puede controlar
La doctora Paula Ribó ha publicado un libro donde advierte sobre la importancia de entender y respetar esta patología
Una de cada cuatro personas tiene o va a tener algún tipo de reacción alérgica a lo largo de su vida. Una enfermedad crónica que, en algunos casos, puede tener consecuencias muy graves, incluida la muerte.
La buena noticia es que si se detecta a tiempo es posible controlar sus efectos, la mala es que en ocasiones se banaliza el término, con los problemas que eso puede ocasionar. "Deberíamos hacer todos una reflexión para entender las reacciones alérgicas y no decir alegremente que lo padecemos, si no lo sabemos", explica la doctora Paula Ribó, alergóloga y divulgadora científica.
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Para poner un poco de cordura sobre esta enfermedad, tan común como desconocida, Ribó acaba de publicar Alergia, la nueva epidemia. Una guía para entender, prevenir y combatir las enfermedades alérgicas (Alienta editorial ) donde trata de desmontar falsas creencias.
Porque lo cierto es que pese a ser "una de las seis patologías más frecuentes del mundo" hay muchos mitos y falsas afirmaciones alrededor de esta patología. Y eso es un problema, y más teniendo en cuenta que cada vez hay y va a haber más personas afectadas.
"A día de hoy estamos hablando de un volumen de entre un 25-30 por ciento de población, pero se estima que en 2050 el 50 por ciento de la población mundial padecerá alguna enfermedad alérgica. Así que es cierto que va en incremento, pero también podemos decir que cada vez se habla más de esto, muchas veces sin conocimiento", explica la doctora Ribó quien lleva años constatando esta tendencia desde el Hospital Clinic de Barcelona donde trabaja y donde ha observado que, a la vez que aumenta la prevalencia aumentan las dudas.
Pregunta: ¿Podría ser que ahora cada vez se detectan más alergias porque estamos más pendientes?
Respuesta: Algo de eso hay, pero no exactamente. Está como de moda, todo el mundo usa la palabra alergia para cualquier cosa, pero también se consulta más, así que también se detecta más, por eso estamos observado que hay una tendencia a subir.
P. Hay quien dice que este incremento se debe a una alimentación alejada de los productos naturales o incluso a un exceso de higiene.
R. En realidad de momento existen múltiples teorías y afirmaciones que podrían explicar por qué cada vez hay más alérgicos. Una es efectivamente la hipótesis de la higiene que defiende que está aumentando la prevalencia por una disminución del número de infecciones debido al incremento de la limpieza y de los tratamientos antibióticos. Lo cierto es que existen múltiples factores que pueden influir en el desarrollo de las enfermedades alérgicas. También está la epigenética, o modificaciones en los genes por factores ambientales que, sumados a la predisposición familiar, pueden hacer que nuestra descendencia desarrolle una alergia, que no tiene por qué ser la misma que la nuestra.
P. ¿Por qué se produce una reacción alérgica?
R. Es una respuesta alterada de nuestro sistema inmunológico frente a algo que no debería ser dañino. Cuando el sistema inmunitario se enfrenta a algo extraño y lo neutraliza con una reacción inmunológica natural sin producir síntomas, lo llamamos antígeno. Pero cuando este antígeno nos produce alergia (estornudos, dificultad para respirar, manchas en la piel, etcétera) lo llamamos alérgeno. De forma general, los alérgenos son sustancias que se encuentran en nuestra alimentación habitual, en el ambiente que respiramos o en medicamentos que hemos tomado anteriormente y que no suelen considerarse tóxicos o perjudiciales para la población general excepto para las personas afectadas que tendrán una respuesta alérgica o una reacción de hipersensibilidad, es decir, una respuesta excesiva o inadecuada.
P. ¿Y qué se puede hacer ante esto?
R. Depende del tipo de alergia, pero a día de hoy tenemos las vacunas de alergia, la inmunoterapia específica que ha demostrado eficacia para controlar o disminuir el número de síntomas y disminuir medicación. Son tratamientos que reducen de forma importante los síntomas de la conjuntivitis, rinitis o asma bronquial. Además se ha demostrado que puede para prevenir que salgan más alergias respiratorias.
P. También se puede ser tomar antihistamínicos
R. Lo primero es saber a qué se tiene alergia. Un error es automedicarse, tomar antihistamínicos sin saber qué nos produce esa rinitis. Hay que estudiar al paciente y darle lo que realmente necesita. La idea es conocer a qué somos alérgicos para ponerle un remedio.
P. ¿Una alergia se puede curar?
R. La idea de curación es errónea, tenemos que hablar mejor de control de enfermedad.
P. Entonces lo que se puede es controlar esa respuesta inmunitaria
R. Una vez más depende del tipo de alergia. Las respiratorias son difíciles de evitar pero podemos hacer recomendaciones como no salir los días de más polinización, poner filtros en los coches, si hablamos de ácaros reducir la humedad ambiental para que haya menos... pero es complicado aislarte o ponerte en una burbuja.
P. Alrededor del 3 por ciento de la población global tiene alguna alergia alimentaria, ¿son estas más fáciles de controlar?
R. Las alimentarias podrían ser más evitables entre comillas, es decir si eres alérgico al melocotón no lo comas. Pero no siempre es tan fácil porque puede darse el caso de una alimentación cruzada. De ahí la necesidad de que se entienda que si una persona es alérgica hay que tomárselo en serio de verdad porque en ocasiones puede producirse una consecuencia grave.
P. Y no nos lo tomamos en serio.
R. Se usa la palabra alergia con mucha facilidad. No todos los que dicen sufrir una la tienen. Los pacientes tienden a usar la palabra alergia para todo y no siempre es así. Yo lo que suele decir es cuéntame lo que te pasa sin decir alergia, así nos entenderemos mejor, puede ser que tenga una una reacción local o irritativa o que se trate de una intolerancia.
P. ¿Cuál es la diferencia?
R. Las intolerancias digestivas son otra cosa, son un error en el metabolismo por el que no tienes esa enzima que necesitas para asimilar bien determinados alimentos y eso te produce molestias digestivas. Por ejemplo si tienes intolerancia a la lactosa no tienes la lactosa que permite digerir bien el azúcar de la leche. En cambio, si tienes alergia a la proteína de la leche de la vaca es otra cosa, el paciente tiene que evitar leche, lácteos y derivados porque las consecuencias pueden ser fatales.
P. Con alergia a la proteína de la leche te puedes hasta morir y con intolerancia a la lactosa son solo problemas digestivos
R. La intolerancia es más leve y suele estar localizado a nivel digestivo. La alergia suele producir algo más que problemas en el sistema digestivo, puede haber hinchazón de ojos, malestar, urticaria e incluso problemas más graves. El problema es que se habla de forma indiferente de intolerancia y alergia y lo que hay que hacer es llegar a un entendimiento.
P. Lo mejor es derivar al alergólogo para que haga las pruebas pertinentes
R. Eso es, debemos hacernos las pruebas que demuestren el mecanismo alérgico. Es decir, que las pruebas se reproduzcan y sean alérgicas. Pueden ser cutáneas o de sangre donde buscamos Ias específicas al alérgeno, si esto no acaba de resolvernos las dudas pasamos a la exposición controlada con el alérgeno sospechoso. Una provocación controlada.
P. Es lo que se hace con los bebés al introducir la alimentación.
R. La introducción precoz puede favorecer la no aparición de alergias, pero si uno tiene esa predisposición genética a ser alérgico lo va a ser, aunque no sabemos a qué. A día de hoy las recomendaciones para la introducción de la alimentación complementaria en bebés es que a partir de los seis meses se puede dar de todo, incluso marisco.
P. ¿Cree que en un futuro se acabará con las alergias?
R. Hay muchos estudios en marcha, y ya se ha conseguido mucho. Para las respiratorias ya existe la inmunoterapia específica, con las vacunas consigues una tolerancia al alérgeno, para las alimentarias tenemos la desensibilización que es un procedimiento por el que se va introduciendo de manera controlada o progresiva al niño el alérgeno hasta que consiga una tolerancia de un umbral de 'x' mililitros de leche por ejemplo, eso se está haciendo. Y ya existen recomendaciones para que los pacientes, tengan el tipo de alergia que tengan, convivan de la mejor manera posible con su alergia.