El último aviso de la Organización Mundial de la Salud ha descolocado a muchos consumidores: la OMS desaconseja el uso de la sacarina o la estevia porque no controlan el peso y pueden tener efectos negativos a largo plazo. Esta última noticia llega solo unos meses después de esta otra: el eritritol, cuyo uso es cada vez más común, puede aumentar el riesgo de infarto e ictus.
Tanto la estevia, como la sacarina o el eritritol son edulcorantes que se utilizan para evitar el consumo de azúcar. Pero entonces, ¿qué pasa con ellos, con los sustitutivos que parecían ser los más 'sanos' o 'menos malos' de todos?, ¿son tan perjudiciales para la salud como la propia azúcar?, ¿hay alguno que se 'salve'?
Lo que ya sabemos todos es que el azúcar es mala para la salud. Muy mala. Es uno de los principales causantes de la obesidad y sobrepeso en todo el mundo y del desarrollo de enfermedades cardiovasculares vinculadas a su consumo, como la diabetes o la hipertensión. De hecho, según la OMS, el azúcar que tomamos no debería superar el 10 por ciento de la ingesta calórica total “por sus efectos nocivos derivados de un consumo abusivo”, señalaba a NIUS Carmen Escalada, nutricionista clínica del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Entonces, una vez que eso lo conocemos todos, ¿cómo podemos hacer para sustituir el azúcar por algo que no sea tan perjudicial para la salud? En primer lugar, hay que aclarar que existen tres grandes grupos de productos endulzantes, que son estos:
La advertencia de la Organización Mundial de la Salud se refiere a estos últimos. Pero otros estudios anteriores alertaban también sobre los polialcoholes o los azúcares naturales. Vamos por partes.
La OMS ha revisado las evidencias científicas publicadas de estos productos y tras hacerlo ha decidido revisar su recomendación sobre estos edulcorantes no azucarados. El organismo de Naciones Unidas desaconseja usar la sacarina o la estevia para controlar el peso corporal, porque no confiere ningún beneficio en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. Además, también alertan de posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
Entre los edulcorantes no nutritivos más comunes se encuentran el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.
La directriz de la OMS sobre los edulcorantes no azucarados forma parte de un conjunto de directrices existentes y futuras sobre dietas saludables cuyo objetivo es establecer hábitos alimentarios sanos para toda la vida, mejorar la calidad de la dieta y disminuir el riesgo de enfermedades no transmisibles en todo el mundo.
El eritritol también está en el punto de mira de los científicos, sobre todo desde que en el mes de febrero se hiciese pública una nueva investigación de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos. El estudio mostraba que este edulcorante artificial se asocia con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Los resultados se publicaron en la revista 'Nature Medicine'.
Los investigadores estudiaron a más de 4.000 personas de Estados Unidos y Europa y descubrieron que las que tenían niveles más altos de eritritol en sangre presentaban un riesgo elevado de sufrir un acontecimiento cardiaco adverso grave, como infarto de miocardio, ictus o muerte. Eso sí, algunos nutricionistas y endocrinólogos han pedido cautela con el estudio porque "la asociación no es causalidad probada y los efectos en personas sanas no se conocen (sólo entraron en el estudio pacientes con alguna patología)".
El eritritol es uno de los edulcorantes más utilizados. Es un polialcohol (como el xilitol, sorbitol, manitol…) que se utiliza como sustitutivo del azúcar. Está presente en mucha bollería industrial, en las “chucherías” en general, en muchos tipos de galletas, dulces o mermeladas sin azúcar, en productos ultraprocesados, en bebidas refrescantes no azucaradas, y hasta en ciertas pastas de dientes o medicamentos.
“Está catalogado como edulcorante, pero también se emplea como potenciador de sabor, por ejemplo, en las bebidas refrescantes sin azúcares, todas las ‘zero’ o ‘light’. No llevan azúcar pero suelen llevar eritritol”, explica Pablo Antonio López, vicedecano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN). También se puede comprar directamente, “como si fuera sacarina, como un edulcorante al uso”. Utilizarlo para echárselo al café, por ejemplo.
El uso de 'alternativas' al azúcar, como la panela, la melaza o el sirope de arce también están tomando cada vez más fuerza. Pero según los expertos, son muy parecidas. La principal diferencia entre la panela y la azúcar blanca es que la primera contiene más micronutrientes, debido a que no se ha sometido a un proceso de refinado. Sin embargo, no se diferencia significativamente de cualquier tipo de azúcar, ya que contiene un 83 % de sacarosa, un 6 % de glucosa y otro 6 % de fructosa.
La panela, por tanto, es un 95 % azúcar puro. Lo confirma a NIUS Carmen Escalada. "A nivel nutricional, sí son un poco mejor, porque al no estar refinadas tiene un poco más de vitaminas y minerales que el azúcar blanca pero, sigue siendo muy calórico y sigue subiendo mucho el pico de glucosa en sangre. Para consumo ocasional, están mejor, pero para uso habitual también habría que reducirlas. Usarlas más que como un sustituto, como un tránsito".
"Las personas deben considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados", ha afirmado el director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS, Francesco Branca.
En la misma línea se manifiesta la nutricionista Carmen Escalada. "Hay muchos que son azúcar con otro nombre. Hay que empezar por saber con qué frecuencia la tomamos. Si un día tomas café con azúcar nos pasa nada, si tomas café con cinco de azúcar a diario, hay que cambiar ese hábito. Otro problema es cuando lo sustituimos por la sacarina, por ejemplo, son acalóricos y se piensa que se puede echar más cantidad porque no tiene tantas calorías. Al final ese exceso es igual de perjudicial. Es mejor media cucharada de azúcar que cuatro sacarinas".
"Los edulcorantes no azucarados no son factores dietéticos esenciales y no tienen valor nutricional. Las personas deberían reducir totalmente el sabor dulce de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud", asegura Branca.