Jimena Martín, la atleta que visibiliza la discriminación a deportistas embarazadas: “Nos ponen trabas y nos cuestionan”

Jimena Martín González (Burgos, 1985) ha conseguido cumplir dos de sus sueños: ser atleta y ser madre. Un objetivo que no siempre es sencillo, tal y como se puede ver en Mother, el cortometraje realizado por la plataforma Héroes de Hoy, que tiene como objetivo visibilizar los obstáculos a los que se enfrentan las deportistas cuando deciden tener un hijo. La maternidad, en muchos casos, no es que suponga un parón importante en sus carreras, sino el punto y final a las mismas.

Son estas barreras las que obligan a las mujeres a tener que elegir entre renunciar al deporte o renunciar a ser madre. Aunque ya no siempre es así. Prueba de ello es Ona Carbonell, la nadadora artística elegida como una de las cien mujeres más inspiradoras e influyentes de 2022 por la BBC, y otras tantas no tan conocidas como Jimena, que también han sufrido en primera persona esa discriminación que, según los estudios, padece una de cada tres mujeres embarazadas por una falta de medidas de conciliación que hace que el 68% decida no tener más hijos. Jimena, "de momento", tampoco se plantea tener más. Yeray es tan bueno que es lo que se conoce como un "niño trampa", así que todavía no sabe si quiere tener un segundo explica a NIUS mientras le pasea.

Son las 11:30 de la mañana y la burgalesa ya ha tenido tiempo de entrenar durante cerca de una hora, dejar la logística doméstica preparada y salir con su bebé. "Yo me levanto y lo primero que hago es ir a entrenar porque me hace feliz". Hace nueve meses que Jimena dio a luz y está "como un espagueti". Ya no le queda nada de tripa con la que corrió en Zaragoza, embarazada de 31 semanas, con el dorsal con su nombre y el de su hijo, Yeray. Una imagen que le valió tantos apoyos como críticas.

Una carrera de 10 kilómetros embarazada de casi ocho meses

Era una carrera de 10 kilómetros y no es que quisiera reivindicar nada, asegura Jimena, sino que era algo que hacía todos los días. "Salí con la idea de que si me encontraba mal, al ser un poco más de lo que entrenaba a diario, iba a parar, por supuesto. Me iba vigilando las pulsaciones, estaba muy bien hidratada y me encontré fenomenal, fue maravilloso". Su ginecólogo ya le había dicho que podía seguir corriendo si era algo que hacía de forma habitual.

En el momento de la carrera sintió todo el calor, el ánimo y el apoyo del público, pero después "fue la hecatombe", cuenta. Su foto salió publicada en varios medios y le "cayó la del pulpo" con gente opinando de todo y diciendo que eso al niño no le venía bien. Hubo críticas para todos los gustos, por lo que decidió dejar de leer "para no calentarme". Lo que no hizo fue dejar de correr. Jimena siguió "trotando" hasta el mismo día que dio a luz. "Mis vecinos ya estaban acostumbrados a verme corriendo a primera hora de la mañana, aunque a alguno que no era de los habituales seguro que pensó: ¿a dónde va corriendo la barrigona esta? Porque tengo compañeras que lo han tenido que dejar al quinto mes, pero yo me encontré fenomenal hasta el final, no tuve problemas con el suelo pélvico ni nada. De hecho, tuve un parto buenísimo y, según las matronas, fue en buena parte por mi buen estado físico. Yeray nació estupendo y pesó 3.3 kilos".

"Ah, ¿pero vas a seguir compitiendo?"

El suyo es uno de los ejemplos de que la maternidad se puede compatibilizar tanto con el atletismo como con el deporte de élite y con otros muchos trabajos, aunque para hacerlo, subraya la atleta, "se nos tiene que respetar, ayudar un poquito y dejar de vernos como algo raro; se nos tiene que dejar de cuestionar o ponernos en duda, porque ya no es que te pongan trabas, sino que directamente te preguntan: "¿ah, pero vas a seguir compitiendo?, ¿vas a seguir corriendo?".

"Para mí lo primordial era mi hijo y si me hubieran dicho que algo no iba bien, por supuesto que lo dejo todo, pero no fue así. Yo quise seguir corriendo estando embarazada no por hacerme notar o ganar seguidores en redes sociales, sino porque el atletismo siempre ha sido lo que más me gusta y entreno a diario, siendo consciente de que en España es muy difícil dedicarse a ello, por eso, estudié Magisterio", dice Jimena quien en 2017 fue subcampeona de España de carreras de montaña.

Ahora, la burgalesa da clases particulares y trabaja en una fábrica de automóviles, cuida con su pareja a Yeray y entrena todas las mañanas para poder competir con su equipo de atletismo: el Running Pinto Seoane Pampin, un grupo semiprofesional que en casi todas las competiciones consigue hacer podio, señala orgullosa. Es gracias al apoyo de su equipo por lo que ha seguido compitiendo después de ser madre, porque "no hay patrocinadores, becas ni ayudas". "En lo único que me han ayudado es en el carro de correr y en una cuna de colecho, que no es poco", reconoce.

Una vuelta a la competición nada sencilla

Volver a recuperar el ritmo y volver a competir después de un embarazo no es algo sencillo porque si se está un año o dos sin correr se pierde la marca, y sin ella no se puede participar en una competición. "Aquí juega un papel fundamental la Federación de Atletismo en las comunidades autónomas, yo al final me he tenido que federar por Madrid, porque en Castilla y León no es fácil recuperar una marca con la que seguir compitiendo".

A veces, señala la deportista, los obstáculos para cumplir tus sueños son más burocráticos que otra cosa. Según la plataforma Héroes de Hoy, "tener un sueño es de valientes, dos es de héroes". En el caso de Jimena Martín González ya ha cumplido dos y se prepara para un tercero: correr su primer maratón con su hijo Yeray, su mejor premio, esperando en la meta.