El tratamiento de CoolSculpting denunciado por Linda Evangelista en cuestión: la compañia ocultó datos
El dispositivo elimina las grasas (celulas adiposas) congelandolas a través de placas de hielo
La modelo se vio afectada por hiperplasia adiposa, un efecto secundario que puede deformar tu cuerpo
La empresa habrían pagado a consultores para que escribiera sobre el bajo riesgo de sufrir consecuencias negativas con el tratamiento
Ocultaron datos sobre una mayor incidencia de efectos adversos en su dispositivo para reducir grasa y una investigación lo ha descubierto. Y por eso, el CoolSculpting, una de las alternativas más populares en la aparatología estética, está en cuestión.
Todo empezó hace unos diez años cuando se presentó un aparato capaz de eliminar la grasa del cuerpo sin dolor y sin cirugía. El dispositivo que lo llevaba a cabo se basaba en un procedimiento conocido como criolipólisis, y venía avalado por el laboratorio del principal hospital universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
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Los resultados que presentaban eran espectaculares, aunque se requerían varias sesiones, el aparato contenía unas placas de frío (a unos -11 grados) que al aplicarlas en las zonas requeridas congelaba las células adiposas, estas morían y el cuerpo las absorbía.
Con ese aval de Harvard y los resultados que presumían, la fama del aparato creció como la espuma. Hasta que The New York Time ha descubierto el agua que está disolviendo esa espuma: el CoolSculpting tiene un efecto secundario conocido como hiperplasia adiposa que provoca que la grasa pueda aumentar de tamaño, endurecerse y alojarse en el cuerpo, como un bulto, que a veces incluso adoptando la forma del aplicador del dispositivo. En muchas ocasiones las personas que lo han padecido se tienen que someter a cirugía para eliminarlo.
Según Allergan Aesthetics, propietaria del dispositivo CoolSculpting, estos casos son muy poco frecuentes y ocurren en 0,033 por ciento de los tratamientos (alrededor de uno en 3000).
Pero no parecen tener razón. La supermodelo Linda Evangelista denunció en 2021 su experiencia con CoolSculpting: "Aumentó, no redujo, mis células grasas y me dejó permanentemente desfigurada”.
Coincidiendo con lo que denunció Evangelista, The New York Times ha encontrado documentos internos, demandas, estudios médicos y entrevistas llevadas a cabo por la compañía que indica que el riesgo para los pacientes puede ser mayor de lo que se reconoce.
De esta investigación se deduce que la empresa habrían pagado a consultores para que escribiera sobre el riesgo bajo de sufrir hiperplasia adiposa paradójica en revistas médicas.También habrían impedido a los pacientes hablar del problema mediante la firma de acuerdos de confidencialidad.
Cuando el Time intentó contrastar su información con la compañía estos se negaron a ser entrevistados y solo les remitieron un comunicado diciendo que: “CoolSculpting ha sido bien estudiado en más de 100 publicaciones científicas”.
Los expertos llevaban tiempo con dudas
Lo cierto es que las dudas en la propia compañía llevaban tiempo sobre la mesa. Dos médicos del consejo asesor médico de la empresa (R. Rox Anderson, inventor de CoolSculpting, y Mathew Avram, director del Centro de Dermatología Láser y Estética del Hospital General de Massachusetts) presentaron en 2014 un informe con al menos 11 pacientes que habían experimentaron el efecto secundario.
Poco después, a través de un artículo publicado en The Journal of the American Medical Association, se relató la posibilidad de que este aparato produjera efectos secundarios indeseables. Entonces, cuando Avram y Anderson, calcularon que su prevalencia era del 0,005 por ciento, o alrededor de uno en cada 20.000 tratamientos. Hoy se cree que es mayor.
En 2017, Jared Jagdeo, un dermatólogo que por aquella época era consultor del fabricante de CoolSculpting, y dos coautores alertaron también en un artículo que había que tener en cuenta ese efecto secundario : "La hipertrofia adiposa paradójica (HAP) después de la criolipólisis es una complicación común y preocupante", decían y pedían a la OMS que lo tuvieran en cuenta.
Y no fueron los únicos en avisar. En 2020, tras analizar a 8658 pacientes, otro estudio encontró 2.114 con efectos secundarios.
Y ya en 2017, un grupo de médicos publicó que la incidencia estaba aumentando y que aproximadamente 1 de cada 100 de sus pacientes con CoolSculpting había desarrollado el efecto secundario.
La compañía insiste sin embargo en que la incidencia es menor porque, según sus datos, se han vendido más de 17 millones de tratamientos y no hay tantos reportes de daños.
El efecto Evangelista
El año en que la super delo Linda Evangelista hizo pública su situación, la Agencia del Medicamento Americana recibió más de 1.100 informes de eventos adversos de los tratamientos con CoolSculpting, más que en toda la década anterior.
Tan solo el año pasado, la agencia recibió más de 1900. La mayoría de todos los informes están vinculados a la hiperplasia.
La modelo por su parte demandó y consiguió un acuerdo con la compañía del que no se conocen los términos.
Se desconoce con exactitud cuántas demandas hay en estos momento abiertas, pero sí los beneficios obtenidos por la compañía. La tecnología de CoolSculptin ha generado más de 2000 millones de dólares en ingresos.