La AEMET zanja en redes por qué las Cabañuelas, las hormigas o el calendario Zaragozano son "falsas predicciones" meteorológicas
La AEMET rechaza otros métodos de predicción como las Cabañuelas "que pueden tener su arraigo e interés cultural, pero que carecen de base científica"
"Una mala información meteorológica puede suponer el coste de vidas cuando hay fenómenos meteorológicos extremos", recuerda la AEMET
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La excepcionalidad climática que vivimos se traduce en una mayor curiosidad por el tiempo que hará mañana o en los próximos días. Los servicios meteorológicos defienden la fiabilidad de sus predicciones basadas en modelos matemáticos y científicos. Frente a ellos, una serie de sistemas intentan recoger el viejo saber popular para explicar sin base científica cómo se comportará el tiempo a largo plazo. Hormigas que predicen el fin de la sequía, o el modelo de las Cabañuelas que se equivoca con una nueva Filomena están en el origen de un enfrentamiento que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha querido abordar para desmantelar viejas creencias.
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La AEMET califica a las predicciones de métodos como las Cabañuelas de "informaciones alarmistas"
Lo de las hormigas suena a broma, pero ha sido una información muy compartida en los últimos días. Al igual que las famosas Cabañuelas que estudian lo que pasa en agosto para replicar el modelo durante el resto del año. Todo ello sin olvidar otros método que se reconocen como sin base científica para predecir el tiempo como es el calendario zaragozano.
Frente a todos ellos, la AEMET defiende "el complejo proceso científico y técnico en que se basa el método de elaboración de la predicción moderna del tiempo", al tiempo que rechaza "otros métodos, que pueden tener su arraigo e interés cultural, pero que carecen de base científica".
Los científicos de la AEMET se retrotraen al fenómeno de Filomena para recordar "las informaciones y titulares alarmistas" además del "uso de falsas predicciones basadas en pseudociencias" que van en aumento día a día. Por ello ha elaborado un decálogo de consejos y advertencias para evitar que la población se vea afectada por estas "incertidumbres en predicción".
1. Esta clase de noticias desprestigian a los meteorólogos y a los que se dedican a la información meteorológica. No hay tampoco registros de una predicción de Filomena basada en las cabañuelas, pero aún así siguen dando la historia por cierta.
2. AEMET no “alerta”, no “hace temblar de miedo” o no “muestra su preocupación”, como dicen ciertos titulares. AEMET emite avisos por riesgos meteorológicos, en base a predicciones e informes. Las alertas la emiten otras autoridades como Protección Civil en base a esto.
3. La única manera de estudiar la atmósfera de manera correcta es mediante la ciencia. Ya la física más básica nos dice que es un fluido y su movimiento presenta unas ecuaciones que no tienen solución, las ecuaciones de Navier Stokes.
4. De hecho, es uno de los problemas matemáticos del milenio, premiado con 1 millón para la persona que consiga resolverlas. Para tratar con esas ecuaciones hay que hacer aproximaciones, despreciando ciertos términos según la escala de la atmósfera a la que nos enfrentemos.
5. La atmósfera, además, es un sistema caótico, lo que significa que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales hacen que la evolución prevista sea muy diferente, por eso las ecuaciones no son lineales.
6. Podemos verlo en este ejemplo del movimiento de un péndulo doble. Al cambiar un poco el ángulo inicial tenemos inicialmente resultados parecidos, pero luego los resultados difieren. Esto ya fue estudiado por científicos como Lorenz en su teoría de atractores.
7. La resolución de las ecuaciones implica saber el estado actual de la atmósfera en una escala de cientos de km y en distintos puntos. El meteorólogo Richardson estimó que para predecir el tiempo a nivel mundial necesitaríamos a 64.000 personas haciendo cálculos.
8. Por eso necesitamos usar ordenadores, para que hagan estos cálculos necesitamos dividir nuestra área de estudio en una especie de malla. Cuantos más puntos tengamos, más tiempo y recursos necesitaremos usar para resolver las ecuaciones y aquí surge otro problema.
9. La atmósfera tiene una escala temporal que abarca desde los segundos hasta semanas o incluso meses y escalas espaciales desde los cm hasta los km, por lo que no importa lo bueno que sea el ordenador, no podemos abarcar todas las escalas.
10. Como la atmósfera es un sistema caótico, movimientos a escalas muy pequeña pueden influir en movimientos a gran escala. El hecho de que podamos tener resultados tan diferentes implica que tengamos que usar predicciones probabilísticas.
11. Por eso cuando se emiten informes especiales para determinadas fechas debemos constantemente actualizar las predicciones, debido a que las predicciones pueden ir cambiando a lo largo de la semana.
12. Cuando hay un fenómeno extremo importante previsto a largo plazo hay que ser muy prudentes en las informaciones y estar atentos a los posibles cambios. Ser muy alarmistas sin establecer la incertidumbre previamente puede generar en la población un efecto “que viene el lobo”.
13. Una mala información meteorológica puede suponer el coste de vidas cuando hay fenómenos meteorológicos extremos si la población desconfía de los avisos y alertas. Por eso hay que señalar la incertidumbre a mayor plazo.
14. También hay trabajadores de AEMET en redes sociales que comentan predicciones meteorológicas en sus cuentas personales, abordándolas desde un punto de vista más divulgativo. Sus opiniones no representan a las de AEMET y no se deben tomar como “la predicción oficial de AEMET”.
15. Métodos pseudocientíficos como las cabañuelas hacen uso de correlaciones del tipo “si hace sol en 6 de agosto, enero será soleado”, algo que está en contra de todo lo que hemos dicho anteriormente, ya que la atmósfera es un sistema caótico. Correlación no implica causalidad.
16. Estos métodos pseudocientíficos dan predicciones muy vagas del tipo “en noviembre lloverá mucho” o “en enero habrá muchas nevadas”, algo que ya nos dice la climatología de cada región. Después de todo, es normal que en invierno haga frío y en verano calor.
17. Algunos medios incluso dicen que estas pseudopredicciones coinciden con las de AEMET. Si esas predicciones son dicotómicas, es decir “llueve o no llueve”, está claro que puede que acierten por pura casualidad.
18. Las predicciones siempre se hacen con umbrales, incertidumbres y se documentan, algo que no sucede con la famosa predicción de Filomena usando cabañuelas, que podría ser falsa porque no hay ningún registro de ella.
19. La investigación en predicción meteorológica no es impulsada hasta la aparición de los primeros instrumentos y el uso de ordenadores y satélites. Esta gráfica de @ECMWF es una muestra de lo que se ha reducido la incertidumbre en las predicciones en las últimas décadas.
20. El saber ancestral que resulta muy útil es el de los refranes, que nos da una idea de la climatología de un lugar, pero no de la meteorología. El año pasado, según el refrán, la Virgen de la Candelaria pronosticó el 2 de febrero un invierno largo, pero no fue así.
21. En Estados Unidos la versión de este refrán es la Marmota Phil. El Servicio Meteorológico ha hecho estudios sobre si acierta o no, con un 50% de probabilidades de acierto en la última década, pero no le podemos atribuir ninguna ley física.
22.Un 50% de acierto puede parecer una buena cifra, pero en realidad es un “cara o cruz”, una variable dicotómica. En la meteorología hay más variables a considerar. Los compañeros de @eltiempo_tve explicaron qué quiere decir "probabilidad de lluvia"
23. La idea del tipo “las cabañuelas pueden fallar, al igual que los modelos meteorológicos” es tan grave como decir “no me tomo un medicamento porque no siempre cura”. Los modelos meteorológicos y la ciencia permiten saber en qué se falla y en qué se puede mejorar.
24. Ejemplo práctico: resulta un día caluroso y sin lluvias en Sevilla el 2 de agosto, lo que implicaría un septiembre seco, según las cabañuelas. Pero ahora resulta que septiembre acaba siendo húmedo en Baleares por las típicas gotas frías, mientras que en Sevilla ha sido seco.
25. ¿Podemos atribuirle una explicación a este fallo en la predicción? No, las cabañuelas no recogen posibles causas de los fallos, mientras que con la ciencia no podemos predecir tan a largo plazo porque sabemos que estamos limitados por el alcance de las ecuaciones.
26. ¿Y las predicciones estacionales y de modelos climáticos? Son casos muy diferentes porque las predicciones a más de dos semanas y estacionales estiman tendencias, no medidas exactas y hacen uso de probabilidades e incertidumbres.
27. Los modelos climáticos no estiman el tiempo que habrá en Sevilla el 5 de marzo de 2076, estudia variables climáticas y tendencias: n.º de sequías, distribución de la precipitación, olas de calor, etc. Son más importantes las condiciones del área de estudio que las iniciales.
28. Influirán más con el tiempo las condiciones de contorno. Klaus Hasselmann ganó el premio nobel de Física en 2021 porque consiguió vincular el tiempo y el clima en estos modelos, tratando con las incertidumbres que presenta la meteorología.
29. Para finalizar, pensamos que sería mejor evitar los titulares alarmistas porque en casos extremos implican un riesgo para vidas humanas y que se deje de dar voz a pseudociencias porque resulta en más desconfianza y desprestigio la profesión meteorológica.
30. Las cabañuelas no tienen fundamento científico alguno y tampoco se pueden combinar con los modelos meteorológicos para hacer predicciones profesionales. Recomendamos leer este articulo.