Los gatos salvajes están considerados como una plaga en Nueva Zelanda puesto que su presencia supone un impacto negativo en otras especies de animales como son las aves, los murciélagos o los insectos, según declaró el Departamento de Conversación del país oceánico. Por otra parte, según un estudio científico llevado a cabo en Liverpool, Reino Unido, todos los gatos domésticos presentan rasgos psicópatas.
El Ejecutivo neozelandés aprueba el control de los gatos salvajes siempre y cuando se empleen métodos adecuados. Por ello, una denuncia presentada tras la muerte de un gato salvaje que fue herido con un rifle de aire comprimido, algo que habían alertado desde varias protectoras de animales, llevó a la cancelación de un polémico concurso.
El torneo de caza de North Canterbury, en el noreste de la Isla Sur, contaba con una novedosa categoría para los menores de 14 años. Se ofrecía un premio de 150 dólares neozelandeses, es decir, unos 85 euros, para quien matara más gatos salvajes hasta finales del próximo mes de junio.
Los organizadores, cuyo fin en sus comienzos era recaudar fondos para una escuela local, aseguraron, en redes sociales, sentirse "decepcionados" por las numerosas quejas públicas recibidas.
Además, confirmaron que se ponía punto final al evento para evitar más reacciones violentas, destacando en un comunicado que la escuela y otras personas involucradas habían recibido algunos "correos electrónicos y mensajes viles e inapropiados".
No obstante, el concurso continúa en marcha para otras categorías como en la que los participantes, mayores de edad, pueden cazar ciervos y jabalíes.