Los niños maltratados por sus padres en Colmenar Viejo tenían piojos, carecían de higiene y no participaban en actividades del colegio
Los ocho hermanos maltratados por sus padres en Colmenar Viejo tenían piojos y falta de higiene según los padres de sus compañeros de clase
El padre, médico de profesión, siempre encontraba como justificar las repetidas ausencias de sus hijos al colegio
Los mermanos, de entre 8 y 14 años, están bajo custodia de los servicios sociales de la Comunidad de Madrid
Los vecinos de Colmenar Viejo, en Madrid, siguen conmocionados por la detención de un médico y su mujer acusados de maltratar a sus ocho hijos. Los niños vivían hacinados en una habitación, a veces, los dejaban horas en el patio. Los padres del colegio en el que estaban escolarizados aseguran que tenían piojos, carecían de higiene y nunca participaban en actividades lúdicas del centro.
En una ocasión, cuenta un vecino, uno de los menores, todos de entre 8 y 14 años, prendió fuego a la valla del jardín de la casa y casi provoca un incendio en la vivienda.
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Los niños vivían en una habitación hacinados en literas, donde solían permanecer con las persianas bajadas. De hecho, cuentan, que tenían prohibido hacer uso de otras partes de la casa como el salón. En una ocasión, una niña habría estado a punto de tirarse por la ventana.
Cuando los dejaban salir al patio, a veces, los dejaban allí horas y horas sin tener en cuenta si hacía frío o caía la noche.
Según el informe de la Guardia Civil remitido al juez, los menores vivieron un calvario en su propio hogar hasta que sus padres fueron detenidos el pasado 29 de marzo.
La vida de los ocho hermanos en el colegio
Los padres del colegio en el que estaban matriculados los hermanos de Colmenar Viejo cuentan al diario El Español que tenían falta de higiene. A veces, cogían piojos que la madre se negaba a quitarles por no gastar en los productos.
Los niños no participan en excursiones del colegio ni en otras actividades. De hecho, para el carnaval eran los padres de otros alumnos quienes se encargaban de los disfraces de los menores para que no fueran los únicos sin participar. Faltaban mucho a clase pero el padre, médico de profesión, siempre lo justificaba de alguna forma.
Los hermanos, que ya están bajo custodia de los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, ni siquiera llevaban la merienda al cole.