Los testimonios sobre los padres de los ocho menores presuntamente maltratados en una casa de la localidad madrileña de Colmenar Viejo difieren. Mientras que los informes policiales y algunos vecinos hablan de desamparo e, incluso, desnutrición; un amigo de la madre, que habría hablado el viernes con ella por teléfono, asegura que está destrozada, niega los malos tratos y dice que quería volver a quedarse embarazada.
En declaraciones a ‘Cuatro al día’, un amigo de la madre de los menores, que asegura conocerla desde hace tres años y ver a esta familia todos los días, ha señalado que “nunca vio nada raro”. Tras haber podido hablar con ella, le ha asegurado que “todo lo que estaban diciendo los medios de comunicación era mentira y que su marido no la maltrataba”. Cabe destacar, que no constan denuncias contra este.
Por su parte, el mismo testigo no ha podido ver que los menores “vayan señalados o vayan desnutridos o que su madre no se preocupe”. De hecho, sobre esto último, dice que la mujer, de 44 años de edad, “quería tener más hijos” con su marido, médico de 45 años. Otros vecinos también coinciden en que los niños estaban bien atendidos, ha informado para ‘Cuatro al día’ Cecilia Encinas.
Sin embargo, otros insisten en señalar que estaban “siempre en el patio, todo cerrado y no podían entrar en su casa. Estaban ahí siempre jugando”. La desatención era tal, ha comentado el mismo vecino, que “un día hace poco llegaron a coger unas cerillas y quemaron la valla, casi queman la casa del vecino”.
Esta versión coincide con la de la Guardia Civil, que ha confirmado que estaban hacinados y desnutridos: “Los ocho menores compartían un habitáculo, una habitación, convivían todos juntos los ocho. Lo que hace es que se constatan las sospechas que tenía la Guardia Civil, que eran que estos menores eran sometidos a maltrato tanto físico como psicológicos”.
Así, fueron detenidos 29 de marzo bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 1 de Colmenar Viejo, en el marco de una investigación del Equipo de Policía Judicial, y en la entrada y registro del domicilio participaron el Fiscal de Guardia, Agentes tutores de la Policía Local, Servicios Sociales, así como agentes del Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Comandancia de Madrid.
Las primeras pesquisas revelaron que los menores solían faltar constantemente a clase, siendo "justificadas las ausencias escolares por el padre, que ejerce de médico en un hospital madrileño", y que este también sometía a malos tratos a la madre de los menores, que a su vez "también ofrecía un trato degradante y descuido sobre sus ocho hijos", según el Ministerio del Interior.
La investigación judicial confirmó "una grave situación de desamparo" y de violencia doméstica, presuntamente ejercida por el padre, al que también se investiga por un posible delito de hurto, pues al registrar la vivienda se hallaron uniformes y material hospitalario cuya procedencia no se pudo acreditar.
En el registro quedó patente que la vivienda presentaba "un estado de insalubridad en todas las dependencias a excepción del despacho" del padre, mientras que la situación higiénico sanitaria de baños y cocina era "pésima".
Los ocho menores malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón y eran castigados mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda.
Por todo ello, tras pasar a disposición judicial, se les ha retirado cautelarmente la patria potestad de los menores, de los que tienen una orden de alejamiento y que han quedado ingresados en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid, según han indicado a EFE fuentes de la Guardia Civil.