Una de las noticias con más repercusión de las últimas 24 horas es que Ana Obregón ha sido madre de una niña por gestación subrogada en Miami, Florida (Estados Unidos). La polémica no solo ha saltado por la edad de la actriz y presentadora -tiene 68 años, una edad muy tardía para tener un hijo- sino también por el método que ha optado para conseguir ser de nuevo madre, la gestación subrogada. Una técnica de reproducción asistida por la que una mujer gesta en su vientre al hijo de otra pareja o persona.
El primer hijo de Obregón, Álex Lequio, falleció en mayo de 2020, con 27 años, a causa de un cáncer. Desde entonces, la actriz ha confesado en múltiples ocasiones estar sufriendo un profundo duelo por esta pérdida.
En España la gestación subrogada es ilegal, así como su publicidad. No ocurre lo mismo en Estados Unidos, donde cada Estado tiene su propia ley de fertilidad. Allí, el tratamiento, de principio a fin, cuesta entre 110.000 y 185.000 euros y la gestante recibe una compensación económica de entre 35.000 y 45.000 euros, según la empresa de gestación subrogada Gestlife. En otros países como Rusia, Ucrania o México también están permitidos estos procesos y la gestante recibe un cierto beneficio económico.
Tanto PSOE como Unidas Podemos son rotundamente contrarios a la gestación subrogada, a la que califican como "una forma de violencia o de explotación a las mujeres".
El PP, en cambio, siempre se ha mostrado dividido en este tema. Preguntados tras conocerse la nueva maternidad de Obregón, los populares se han abierto a permitir esta práctica siempre que no haya contraprestación económica de por medio a la gestante. "Mercantilizarlo sería execrable. No puede haber ningún pago directo o indirecto, pero nosotros estamos dispuestos a hablar de ello", aseguran fuentes de la dirección nacional del partido.
Solo Ciudadanos ha defendido siempre esta práctica, que incluye en su último programa electoral. El partido naranja defiende que la gestación subrogada debe estar regulada y que su forma de hacerlo debería ser altruista por parte de la gestante, es decir, que esta no reciba ninguna compensación económica.
El nuevo código deontológico médico también acepta la gestación subrogada altruista, aunque no cuando hay contraprestación económica. "La gestación por sustitución altruista no es contraria a la Deontología Médica siempre que se preserve la dignidad de la mujer y el interés superior del menor, con la regulación oportuna y el control de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida", señala el nuevo Código de Deontología Médica del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Canadá es el país al que miran muchos de los que defienden la gestación subrogada en España. Allí la gestante tiene prohibido por ley percibir alguna retribución económica, salvo los gastos médicos, psicológicos o jurídicos del tratamiento, que corren a cargo de los padres del bebé. También allí está prohibida la intermediación y los anuncios para obtener servicios de una gestante, y, aunque los extranjeros pueden acceder a este proceso, no lo tienen fácil, precisamente, por estos dos últimos motivos. “La ley en Canadá se hizo para los canadienses, que teniendo una hermana, una cuñada, una prima o una amiga que, gratuitamente, se quiera prestar a gestar un bebé para los padres comitentes, pueda hacerlo con las garantías legales para todas las partes. No se hizo la ley para que los extranjeros, en masa, acudiésemos a ese país, para conseguir nuestro objetivo de ser padres”, señalan en Gestlife.
En ese país, la gestación subrogada está permitida para parejas heterosexuales como homosexuales, hombres y mujeres solas. También se puede acceder a este proceso sin necesidad de aportar carga genética alguna por parte de los futuros padres. Las madres gestantes deben ser mayores de 21 años. Además, tienen que haber tenido un hijo antes de someterse a este procedimiento por el cual ayudan a una pareja o persona a tener a su bebé.
En Reino Unido, Grecia o Australia también se permite la gestación subrogada altruista, pero con más condicionantes. En Grecia, solo es posible para parejas heterosexuales y mujeres solteras que no puedan tener hijos. En Reino Unido, únicamente las parejas -heterosexuales u homosexuales- pueden acceder a este procedimiento, siempre que uno de los dos miembros de la pareja resida en ese país. Y en Australia, aunque en algunos Estados se permite también a parejas homosexuales o solteros, en la mayoría solo pueden parejas heterosexuales y, además, las garantías legales son muy débiles para los padres.