Consuelo Prieto, socia de Kearney: "Sin más mujeres en carreras técnicas y científicas, hay un riesgo de involución"

  • NIUS entrevista a la mujer que más años lleva como socia de una consultoría en España

  • "Hoy existen programas y apuestas decididas por que la mujer llegue a los puestos directivos, aunque todavía queda mucho camino por recorrer"

  • "En Kearney hemos puesto en marcha un modelo 'part time' para que tener hijos no penalice la progresión profesional ni los ascensos"

Consuelo Prieto Liébana es de esos casos “extremadamente raros” en los que una mujer logra ser socia de una gran consultora como Kearney, con más de 3.600 empleados y presencia en más de 40 países. Hace años que consiguió llegar a lo más alto de la compañía. De hecho, fue una de las primeras socias de España y hoy, dicen esos head hunter "que lo saben todo", es la más veterana. Más de veinte años lleva como socia. Una carrera y un ascenso que, asegura, siempre ha vivido de forma natural. “Posiblemente me haya perdido momentos de la vida de mis hijos, pero nada que no forme parte de las decisiones y renuncias de cada día” constata.

Lo que es una realidad, asegura la consultora en esta entrevista con NIUS, es que aunque las nuevas generaciones son más conscientes de la igualdad de género, las cifras siguen ahí y solo uno de cada tres directivos en España es mujer. Por ello, el empeño de Consuelo Prieto, ingeniera agrónoma de formación, es que las chicas jóvenes recuperen el interés por las carreras técnicas, donde sólo ocupan el 36% de las plazas de los grados STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés). Porque es ahí, asegura la consultora, donde van a surgir buena parte de las oportunidades laborales en un futuro nada lejano.

Pregunta: ¿Llegar a lo más alto y conciliar es misión imposible?

Respuesta: Es cierto que la consultoría es un trabajo exigente y es una profesión bastante singular. En mi caso me he organizado de una forma natural y he podido compaginar la vida profesional y la personal, combinando ayuda en casa con el modelo flexible que nos ofrece Kearney, que siempre ha tenido en cuenta las necesidades personales y las exigencias de los clientes.

Existen programas y apuestas decididas para que la mujer llegue a los puestos directivos, aunque todavía queda mucho camino por recorrer

P. ¿Le ha cuadrado la cuenta profesional con la personal incluso siendo socia?

R. Sí, de hecho, nosotros tenemos un programa de conciliación, que incluye modelos part time que elige cada uno y que se adapta a las necesidades individuales para que tener hijos no penalice en la progresión profesional y no suponga un impacto negativo en los ascensos. Es verdad que el mundo de la consultoría, por estar organizado por proyectos/ clientes, te permite una flexibilidad que en otras compañías no es tan fácil o no se da.

P. O sea, que queda todavía camino por recorrer.

R. Sí, aunque hay camino recorrido. Yo, que asesoro en la mejora de la competitividad de las compañías, veo que en las grandes y medianas empresas hay sensibilización con estos aspectos. Ahora, aunque todavía estamos un poco lejos, los avances en conciliación son bastante destacables. Hoy existen programas y apuestas decididas para que la mujer llegue a los puestos directivos. Aunque es verdad que todavía queda mucho camino por recorrer, creo que en los últimos años hemos dado pasos significativos. Yo soy bastante optimista con los esfuerzos que en este sentido se están haciendo tanto en España como en Portugal. En ambos países, el porcentaje de mujeres directivas supera al de Francia, Alemania o Reino Unido. Algo debemos estar haciendo bien.

P. ¿Cuál es el próximo reto?

R. A mí me inquieta que el porcentaje de mujeres que tenemos en las llamadas carreras STEM está decreciendo, a pesar y de la enorme importancia que ha cobrado la tecnología. Eso hace que las posiciones alcanzadas por las mujeres pueden tener un riesgo de involución y eso me da mucha pena, sobre todo porque las mujeres nunca hemos tenido una presencia en la universidad tan grande como ahora.

Los análisis de datos, la tecnología, las energías renovables… todo eso va a tener una enorme importancia, pero la apetencia de las jóvenes por las carreras más técnicas esté decreciendo. Afortunadamente, hay muchas mujeres en Medicina o Biología, aunque cuando vas a las carreras puramente técnicas, como las ingenierías o informáticas, estamos en un 25% y el porcentaje está bajando desde el año 2020.

Las mujeres están perdiendo la posiblidad de acceder a la disrupción tecnológica y es lo que nos va a dar el acceso a la siguiente ola de competitividad en las empresas

P. ¿Y a qué se debe ese descenso?

R. Creo que las carreras más técnicas han perdido atractivo respecto a otras más dirigidas al mundo de la empresa o a nuevas carreras. Yo estudié Ingeniería Agrónoma en los años 80 y entonces las mujeres éramos el 15%. En mi clase de la Universidad Politécnica de Madrid solo estábamos tres chicas y éramos 40 alumnos. En 2020, se alcanzó el 28%, pero ahora el porcentaje está decreciendo y no remonta. Con ello, las mujeres están perdiendo la posibilidad de acceder a toda la disrupción tecnológica que es lo que nos va a dar el acceso a la siguiente ola de competitividad en las empresas. La tecnología ha venido para quedarse, los datos son importantes, la inteligencia artificial, el machine learning

P. ¿Qué aconseja a las nuevas generaciones?

R. Bueno, sin perder de vista lo anteriormente dicho, uno tiene que estudiar lo que le guste, entre otras cosas, porque las carreras de humanidades en esta disrupción tecnológica también van a jugar un papel muy importante. Hay para todos, pero a las jóvenes que les gusten las matemáticas, las ciencias y resolver problemas, hay que decirles que es súper gratificante estudiar un grado STEM. Aunque haya que trabajar más que en otras carreras, al final merece la pena, por lo que las animo.

P. En su caso, ¿cómo termina una ingeniera siendo la primera mujer en España en lograr ser socia de una gran consultora?

R. Hice un MBA y entré en consultoría inmediatamente. Kearney, donde llevo ya 30 años, es una compañía de management consulting. Ayudamos a las compañías a mejorar su competitividad y resolver sus retos en sentido amplio: retos de crecimiento, reducción de costes y mejora de rentabilidad, y también de sostenibilidad. Nosotros creemos que una empresa que no es sostenible no tiene futuro en el medio y largo plazo.

La sostenibilidad, equidad, igualdad o la cogobernanza también cotizan

P. ¿La sostenibilidad, cotiza al alza?

R. Por supuesto. De hecho, soy una convencida de la correlación entre los indicadores ESG que proporcionan un análisis de la calidad de gestión de una compañía y el valor de una empresa en cuanto a la percepción que los accionistas y clientes tienen de ella. Esa correlación existe y sobre todo en Europa. No todo el valor está asociado al crecimiento, la sostenibilidad también cotiza y se valora que se sea una empresa sostenible medioambientalmente, equitativa o que trabaje en la mejora de la igualdad o la co-gobernanza.

En Kearney llevamos a cabo acciones positivas en universidades y foros para explicar por qué las mujeres están altamente capacitadas para la consultoría y hasta que no tenemos ese 50% de mujeres entre las solicitudes en un proceso de selección no paramos. Las mujeres tenemos un perfil espectacular para la consultoría porque tenemos unas buenas capacidades analíticas, empatía, capacidad de escucha y en la negociación solemos buscar el win-win. Por el contrario, solemos preguntar y exigir menos y eso es algo en lo que en general tenemos que seguir trabando.

P. ¿Es cuestión de escucha?

R. Sí, escuchar los problemas de una empresa, de los directivos, de los socios… hacer las preguntas adecuadas y hacerlo de una forma integral, hace que tu diagnóstico sea más certero. Por eso las mujeres tenemos un gran futuro en esta profesión, porque sabemos ver dónde está el problema, negociar -si hay que negociar- y dar la solución.