En 1975 la ONU estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer para rendir así homenaje a su lucha para participar en sociedad. Desde entonces esa fecha señala el camino a seguir.
Una efeméride que recuerda los escollos que aún hoy encuentran las mujeres por el mero hecho de serlo pero que también celebra los logros conseguidos. Y en estos casi 50 años España tiene mucho que celebrar.
Hoy en día parece impensable pero en 1975 las mujeres en España no podían ni sacarse el carnet de conducir sin el permiso paterno o marital.
Cuando el mundo acordó homenajear a las mujeres el 8 de marzo en España salíamos de una dictadura que había limitado el papel femenino en la sociedad a ser ama de casa y/o madre. Durante 40 años las mujeres no podían llevar a cabo ninguna actividad económica sin tutela. Tener un empleo, abrir una cuenta bancaria, tener propiedades o viajar requerían permiso paterno o marital.
En 1975 aún se establecía en el Código Civil que "el marido debe proteger a la mujer y esta obedecer al marido", pero ese año, y con el inicio del fin de la dictadura, los derechos de las mujeres en España empezaron a renacer.
Se anuló por ejemplo el permiso marital, abolido en mayo de 1975 con la ley de Reforma del Código Civil (aunque tuvieron que pasar dos años para que una resolución dictada por la Dirección General de Notariado estableciera "la plena facultad de la mujer respecto a sus propios bienes, aun cuando sea casada y en régimen de gananciales") y con su supresión se consiguió entre otros avances que la mujer pudiera aceptar herencias. Aunque no fue hasta 1981 cuando dejó de considerarse al marido "responsable de la gestión y administración de los bienes conyugales".
La supresión del permiso marital supuso devolver a las mujeres casadas su capacidad jurídica, y con ello dejar de depender del marido para todo.
Pero además en 1975, en diciembre, 16 días después de la muerte de Franco, un grupo de mujeres empezaron a reivindicar sus derechos celebrando en Madrid las primeras Jornadas de Liberación de la Mujer (un acto, que eso sí, solo reunió a unas 500 personas y que se consideró ilegal). Fue el primer paso en la lucha feminista, seguido poco después de las Jornadas Catalanas de la Mujer, y supuso el principio de mucho. El fin del silencio de la mujer, un avance que empezó a despuntar tímidamente en las elecciones de 1977.
En 1977, a las primeras elecciones democráticas que se celebraron en España tras la dictadura, se presentaron al Congreso 5.359 candidatos, de entre los que 78 eran mujeres pero solo 21 obtuvieron acta de diputada que ocuparon con 329 hombres los 350 escaños del hemiciclo.
1977 fue un año clave. Ese año con la firma de los Pactos de Moncloa se aprobó por fin una reforma del Código Penal que:
Aunque el mayor logro para los derechos femeninos llegó con la Constitución de 1978.
Para la elaboración de la Carta Magna se contó con el trabajo de diputadas y senadoras que participaron en buena parte de las Comisiones parlamentarias que le dieron forma. Eso sí, en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas de un total de 36 miembros sólo había una mujer y, a diferencia de lo que sucedió en la constitución de 1931, ninguna mujer formó parte de la ponencia constitucional, la del 78 tuvo por tanto siete padres pero ninguna madre.
Aún así en cierto modo se tuvo en cuenta la importancia creciente de la mujer en la sociedad y en el artículo 14 quedó estipulado que :"Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Todo un logro para un género, el femenino, que empezaba a ver reconocidos sus derechos.
Como los que se recogían en el artículo 32, donde se establece el derecho de ambos cónyuges a contraer matrimonio en plena igualdad jurídica, y en el artículo 35 que se reconoce el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente, sin que pueda establecerse discriminación alguna por razón de sexo.
Artículos que establecen unos principios que hoy nadie discute, pero que entonces supusieron un hito feminista.
Con el asentamiento de la democracia poco a poco se fue consolidando esa opinión.
Los derechos de la mujer en España han avanzado mucho en las últimas décadas, pero lo cierto es que había un gran camino por recorrer. A principios de los noventa, aunque se siguen logrando hitos, los logros no son tan espectaculares como los que se dieron desde 1975 en adelante, pero no por eso dejan de ser importantes.
Entre ellos:
Fue en 1999 cuando se aprobó el primer Plan de Acción contra la Violencia Doméstica (el I en 1998 y el II en 2001).
En ese mismo año se aprobó la libertad sobre la elección del orden de los apellidos para los hijos.
Actualmente el Índice Europeo de Igualdad de Género otorga a España una puntuación de 74,6 sobre 100 puntos, situándonos en el puesto nº 6. Esto nos sitúa 6 puntos por encima de la media del conjunto de la UE (68,6) lo cual es un gran logro para un país que hace algo más de cuarenta años ni siquiera permitía a una mujer viajar sin permiso.
Un cambio que se ha ido reflejando en las políticas de igualdad:
La siguiente ley que refuerza la igualdad de género es:
Em 2020 un Real Decreto da forma de nuevo al Ministerio de Igualdad que nace independiente y con el objetivo de
Una paridad de género que se refleja hasta en el Ejecutivo: Si en el primer gobierno de la democracia no había ni una, en el año 2022, 14 Ministerios y Vicepresidencias han estado ocupadas por mujeres, de un total de 23 componentes del Consejo de Ministros, lo que representa una presencia femenina del 60,9%.
Si durante el franquismo el papel de la mujer cumplía el estereotipo de madre y ama de casa en estos casi cincuenta años ya no es así. O al menos en parte.
La incorporación femenina al mercado de trabajo es un hecho, pero queda mucho por hacer, porque a la hora de trabajar las diferencias en cuanto a género siguen siendo notables:
De acuerdo con un informe del Pacto Mundial Red Española de la ONU, si la igualdad de hombres y mujeres continúa avanzando a este ritmo "tendrían que pasar 132 años para alcanzar la paridad total".
Un problema de desigualdad salarial que se dispara en las mujeres a partir de los 36 años, según la Agencia Tributaria, y que coincide con la edad media en la que las mujeres son madres por primera vez (sobre los 33 años, data el INE).
Actualmente el empleo a tiempo parcial lo concentran las mujeres, en un 74%, de lo que los expertos deducen que las mujeres reducen su jornada (y por tanto sueldo) para poder conciliar.
En estos casi cincuenta años el rol de la mujer en la estructura familiar, pese a sus logros laborales, continúa marcado por la crianza y los cuidados, un tema "femenino" que de algún modo la penaliza a nivel laboral.
Los datos de la EPA del último trimestre son claros: 64.000 mujeres dejaron su trabajo para cuidar a niños, adultos, enfermos, incapacitados o mayores, (un 92,0% del total) en el mismo periodo solo lo hicieron 5.600 hombres.