Dámaris Furones y su familia, residentes en Valladolid, han vivido desde su nacimiento en un tobogán de temores y esperanzas. Las primeras apreciaciones médicas fueron catastróficas: Dámaris tenía una cardiopatía compleja que podía acabar con su vida en menos de un mes. Pero fue avanzando y superando todos los obstáculos, hasta ahora, recién cumplidos los 25 años. El camino emprendido desde pequeña ha sido largo: un reguero de especialistas, varias operaciones, un marcapasos, una hepatitis B y, finalmente, un corazón implantado en su pecho hace casi siete años. El milagro se obró en el Hospital Universitario La Paz, de Madrid, el centro español líder en trasplantes.
La historia de la joven no ha terminado. Su equipo médico, que durante su infancia y primera juventud estuvo encabezado por el doctor Luis Guereta, responsable de cardiología infantil de La Paz, no descarta que algún día sea necesario otro trasplante. Ella y su familia lo saben, pero afrontan la vida con una ilusión muy diferente al pasado, cuando la llama de Dámaris se apagaba por momentos. Ahora pasea por el campo, pedalea de vez en cuando o se baña en la playa. Todo normal, aunque con prudencia. Cursa tercero de Medicina en la Universidad de Valladolid. No quiere ser cardióloga “para no saber demasiado”, prefiere la medicina de familia. Y aunque a veces se estropea el ascensor y tiene que subir seis plantas hasta el laboratorio, poco a poco las sube. Como su propia vida, latido a latido.
Dámaris y su madre, Sara, son la imagen especular de La historia de Bruno, narrada en este mismo videopodcast la pasada semana. En aquella ocasión, hablamos con Macarena, la madre que perdió a su hijo de 12 años el pasado mes de noviembre. Macarena y su marido no tuvieron ninguna duda y donaron todos sus órganos. La vida de Bruno sirvió para mejorar la vida de al menos siete personas. Por eso, Macarena lo contaba con su propio corazón henchido de orgullo: “Siento un orgullo infinito, un amor infinito por Bruno. Es mi niño eterno”. Ahora Dámaris y su madre comparten conversación con el doctor Guereta, su cardiólogo desde la infancia. Tras la generosa historia de Bruno, los seguidores de A ver si me he enterado, el videopodcast conducido por Miguel Ángel Oliver en Nius, tienen la oportunidad de conocer la historia de Dámaris, un nombre de origen griego que, según sus padres, significa “la sonrisa eterna”, la que un día puso en su pecho y en sus labios otro ángel como Bruno.