En poco más de cuatro meses, Javier logró perder 20 kilos gracias al Ozempic. El fármaco, cuyo principio activo es la semaglutida, es tan eficiente que anula la fuerza de voluntad en la decisión de adelgazar, por lo que “cuando dejas de tomarlo, si careces de esa fuerza de voluntad, vuelves a coger peso”, explica el hombre a NIUS. Es su caso. Hace cinco meses que este madrileño de 44 años dejó de tomarlo y ya ha recuperado 15 kilos, aunque "no se puede decir que el medicamento tenga efecto rebote, “lo que ocurre es que he vuelto a comer más y peor, y he dejado de hacer deporte”, asegura.
Javier dejó de tomar este fármaco prescrito para la diabetes tipo 2 porque había falta de abastecimiento en las farmacias y se prima su prescripción para personas diabéticas, pero en cuanto Ozempic o su principio activo, la semaglutida, vuelvan a estar disponibles, retomará el tratamiento.
Él no ha sufrido los efectos secundarios de la semaglutida, salvo “un poco de náuseas durante las dos primeras semanas”. Aunque en el prospecto del medicamento se incluyen también vómitos, taquicardias,pancreatitis e incluso fallo renal. La lista de posibles efectos adversos es larga, pero también lo es la de medicamentos como el paracetamol o el ibruprofeno, argumenta Javier.
A él, sentencia, le compensa el balance de riesgo-beneficio, y no por una cuestión estética, sino por salud: “vivir con 15 o 20 kilos de más es como levantarte todos los días con una garrafa de cinco litros de agua en cada mano, te duelen las rodillas, roncas, estás cansado…”. De hecho, asegura, si fuera por una cuestión estética, no lo haría porque “ya se sabe que a partir de los 40 hay que elegir entre trasero y cara, yo me veo mucho más guapo con unos kilos de más que con la cara chupada”.
En las consultas de dermatología y clínicas de estética empiezan a acuñar el término de “cara de Ozempic”. Porque a pesar de la falta de abastecimiento y de que se prima su dispensación para pacientes de diabetes (para los que el medicamento sí está cubierto por la seguridad social), son muchas las personas que, debido a su sobre peso u otras dolencias como la hipertensión, consiguen que se lo recete su endocrino y están dispuestas a pagar su alto precio. La pluma precargada de 3 ml de Ozempic cuesta 128.15 euros.
Como el resto de fármacos de su clase -como Saxendra, Wegoby o Mounjaro-, el Ozempic está sujeto a prescripción médica. Por tanto, según la doctora Inka Miñambres Donaire, miembro del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), su uso está desaconsejando sin una adecuada supervisión profesional. "Aunque Ozempic tiene un buen perfil de seguridad, no está exento de efectos adversos, siendo los más frecuentes los gastrointestinales, pero habiéndose descrito casos poco frecuentes de pancreatitis, entre otros. Una adecuada supervisión médica puede ayudar a minimizar estos riesgos mediante una correcta selección de los candidatos al tratamiento, así como detectar efectos secundarios menos frecuentes", explica la endocrina a NIUS.
Con el tema de los atajos hay que ir con mucho cuidado, alerta el doctor Alejandro Mazarro, cirujano estético especializado en lifting facial y cervical. Hay que dejarse asesorar por gente experta en la materia y que indique lo conveniente en cada caso porque "esto no es como ir al súper a comprar un brick de leche".
De hecho, aunque en España no se están viendo tantos casos como en Estados Unidos, en la consulta de Alejandro cada vez llegan más episodios de "caras de Ozempic". Porque esta "pérdida muy rápida e importante de peso, a nivel estético, acaba produciendo piel sobrante no solo en abdomen o brazos, también a nivel facial y tiene difícil solución ya que la piel no tiene capacidad de adaptarse a los nuevos volúmenes", indica el doctor. Como todo, el Ozempic tiene su lado bueno y su lado malo:
En estos casos, sostiene el doctor Mazarro, no sirve con emplear ácido hialurónico o hilos tensores, sino que hay que pasar por el quirófano para retirar el exceso de piel, "es importante que la gente lo sepa y lo tenga presente antes de proceder a adelgazar de esta forma", subraya.
Es cierto que se está hablando mucho en las redes sociales del término "Ozempic face", coincide Inka Miñambres, aunque, matiza la endocrina, este efecto no es intrínseco al fármaco si no que es provocado por la pérdida de peso, que se acompaña de pérdida del tejido graso y que puede provocar un aspecto más envejecido. Esto no supone un problema de salud. Es importante tener en cuenta que las medidas utilizadas para la pérdida de peso (sea dieta, fármacos o cirugía bariátrica) tienen el objetivo primordial de mejorar el estado de salud y no están enfocados a un resultado puramente estético.