Seis años de cárcel a los dueños de 'la tienda de los horrores', la mayor condena por maltrato animal impuesta en España
La Justicia condena a los dueños de una tienda de animales de Valencia a seis años de prisión por, entre otros delitos, maltrato animal
Los condenados traían perros desde Eslovaquia en condiciones insalubres y los vendían con las cartillas falsificadas
La condena contra los tres propietarios de la tienda es la mayor impuesta nunca en España por maltrato animal
Los dueños de una tienda de animales de Valencia han sido condenados a seis años de cárcel por delito de falsedad documental, estafa, pertenencia a grupo criminal y maltrato animal. Se trata de la mayor condena por maltrato animal impuesta nunca en España.
El establecimiento de animales era conocido como ‘la tienda de los horrores'.
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El juzgado de lo Penal Número 9 de Valencia ha condenado a tres propietarios del establecimiento, que traían cachorros desde Eslovaquia en condiciones pésimas. De hecho, varios animales murieron debido a las malas condiciones en las que los tenían.
Inhabilitados para cualquier trabajo relacionado con animales
La condena es importante porque, además de la pena de prisión, los sueños de la tienda de los horrores han sido condenados “inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, comercio u oficio que tenga relación con los animales, así como para la tenencia de los mismos durante tres años y tres meses”. Los tres condenados tienen más tiendas de animales en la Comunidad Valenciana, según informa El Plural.
Además del viaje en condiciones lamentables y según reza la sentencia, los animales no “guardaban cuarentena al llegar a la tienda y eran puestos a la venta, ocultando a los clientes su procedencia y su edad real, porque los tres eran sabedores, por venir dedicándose a esta actividad desde mucho tiempo antes, de que los clientes querían perros nacionales y de pequeño tamaño”.
A los compradores les daban una cartilla de vacunación en la que los ahora condenados, o los veterinarios “por orden de los acusados pero con su firma y cuño profesional, o incluso los empleados vendedores por orden, igualmente, de aquellos, consignaban por escrito una edad que no era la que constaba en los pasaportes eslovacos que habían venido con los perritos, que eran realmente de edad inferior a la real”.
Los vendedores de los animales necesitaban que los animales estuvieran registrados con al menos tres meses para poder hacer un viaje internacional y tener las vacunas correspondientes.
'La tienda de los horrores'
“Los perritos, que no llegaban a la tienda debidamente vacunados y desparasitados, eran almacenados en ella hacinados en vitrinas o boxes de dimensiones insuficientes para el número de cachorros que albergaban y para el tamaño de los mismos, y tenían lechos de serrín o papeles que no eran aptos para absorber los frecuentes vómitos, orines y heces de los mismos porque, en un gran número, desarrollaban allí mismo y antes de ser vendidos, síntomas de las enfermedades que padecían desde su llegada, como corona virus, parvo virus, moquillo o tos de las perreras”, reza la sentencia que recoge dicho diario.
El inmueble que albergaba la tienda –reza la sentencia- tampoco tenía las dimensiones ni estancias necesarias para separar y aislar a aquellos animales que enfermaban, evitando el contagio a los demás, como sucedió.
Por esos contagios y las condiciones insalubres, una decena de cachorros murieron.