Los vecinos del barrio de la Macarena, Sevilla, que fueron testigos del incendio en la vivienda de un matrimonio con dos niños pequeños que casi acaban devorados por las llamas no terminan de salir del asombro recordando la heroica actuación del joven que, asistido por otros vecinos, logró salvarles la vida.
Todo comenzó en un domicilio de la calle Moguer, en el citado distrito sevillano. Allí, desesperados, una madre, un padre y dos niños, uno de tres años y otro de siete, permanecían aterrados tras desencadenarse un incendio que se habría originado por una incidencia con un brasero, según el Ayuntamiento hispalense.
Afanado en salvar la vida de sus pequeños, el padre intentaba por todos los medios sacarles del lugar mientras los vecinos, ya alertados al percatarse del incendio, alertaban también a los bomberos.
En esos instantes de pánico, el progenitor, sin poder aguantar más, “con las manos echando sangre y quemadas enteras”, se tiró desde lo alto, cayendo en un colchón que para entonces ya habían colocado los vecinos.
“Una pierna le dolía mucho, la tendría partida, y se dio un golpe en la cabeza, porque rebotó en el colchón y cayó en el jardincito que hay”, cuenta uno de los vecinos que, rápidamente, salió “con dos cuerpos de andamio, antes de que llegaran los bomberos y la policía”, para “rescatarlos y ayudarlos”.
Junto a él, no obstante, fue “otro muchacho” el que trepó con gran pericia sobre la fachada y, apoyándose únicamente en sus piernas, estirando todo el cuerpo para llegar a esa ventana en la que la familia estaba a punto de morir abrasada, consiguió alcanzar a los niños y ponerles uno a uno a salvo.
Fue segundos después cuando saltó el padre, sin poder aguantar más. Mientras, la madre intentaba escapar del fuego, y fueron ya los bomberos los que, con una escalera y con la ayuda del vecino, lograron bajarla peldaño a peldaño.
Mientras, desde otra ventana caían trozos de vigas y madera ardiendo, con los vecinos temiendo también por sus viviendas.
Entre todos, en esos difíciles momentos intentaron ayudar, siendo providencial la valiente actuación del joven que se encaramó a la fachada. “Si no llega a ser por este muchacho… se queman vivos”, señala un testigo, que denuncia que los bomberos tardaron demasiado en llegar y actuar.