El Juzgado de Instrucción número 4 de Huelva, encontrándose en funciones de guardia, acordó el pasado 12 de enero el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de un entrenador detenido por presuntos abusos sexuales a menores de edad. En ese momento, el Juzgado de guardia le atribuyó cuatro presuntos delitos de agresión sexual sobre menores de 16 años, todo ello sin perjuicio de otros eventuales hechos delictivos que pudieran resultar a lo largo de la instrucción.
Seguidamente, la causa fue remitida al Decanato para su reparto por turno al Juzgado de Instrucción que correspondiera, recayendo finalmente el procedimiento en el Juzgado de Instrucción número 3, que ha citado hoy lunes al investigado a fin de oírle en declaración y ratificar, en su caso, la medida de prisión provisional, comunicada y sin fianza que fue adoptada. En este sentido, el investigado no ha declarado y la juez, tras escuchar a las partes personadas, ha acordado ratificar la situación de prisión provisional del investigado. En el marco de la instrucción de la causa, se analizará si existen más posibles víctimas y, en función de ello, se irán concretando los delitos que finalmente se puedan atribuir al investigado.
Una de las madres de las víctimas ha compartido hoy el relato de la pesadilla que vivió su hija mientras permaneció a las ordenes del acusado. La progenitora ha explicado que se enteró del caso de su hija a raíz de la denuncia "de la primera valiente" y que fue a partir de entonces cuando fue a la Policía a explicarlo todo.
La niña relató ante los agentes como el técnico "les decía que tenían problemas en los abductores para darles masajes, primero normales y después llegando a obligarlas a quitarse la ropa si no querían". Las niñas eran retenidas contra su voluntad en el despacho del acusado, "les pellizcaba todo el cuerpo, sus partes y las obligaba a estar calladas"
Las familias nunca sospecharon del acusado. "Era un hombre del barrio, lo conocíamos todos y tenía una trayectoria de más de 30 años entrenando. Nunca pensamos que podía estar pasando algo así", asegura la madre de una de las víctimas que contaba con 12 años en el momento de lo sucedido. Según el relato de esta madre a las puertas del Juzgado, el entrenador "entraba libremente a las duchas y las obligaba a desnudarse enteras para ducharse". Si alguna se negaba o amenazaba con contarlo, "el las apartaba del grupo" haciéndolas creer que estaban locas. La madre de la víctima ha querido hacer un llamamiento a todas las niñas que hayan pasado por lo mismo que su hija "a que lo cuenten" y a "que no tengan miedo" porque, igual que su hija, "no están solas".
Los hechos del entrenador calificado por muchas de las jugadoras como viejo verde llevó, según relata La Razón que ha tenido acceso el sumario, a que durante la temporada 2017/2018 le hicieron una carta para dejarle claro que se sentían muy violentas cada vez que se quedaba en las duchas para mirarlas. Cuando se la leyeron en los vestuarios él se hizo el ofendido, abandonó las instalaciones y juró cambiarse de equipo ante tal insinuación. Pero al día siguiente volvió. No solo eso. A una de las alumnas, la nueva, la tocó los pezones, la masajeó su zona genital y se quedó con su ropa íntima. No era la primera vez porque en el registro de su despacho del pabellón, supuesto lugar donde cometió la mayoría de los abusos, se incautaron de 27 bragas y un conjunto de lencería.
Para llevar a cabo las agresiones sexuales y poder estar a solas con las menores se valía de un almacén usado para guardar el material deportivo del equipo y se ofrecía a costearles el precio de la habitación de hotel en los distintos desplazamientos que realizaban si las menores compartían la misma habitación con él.