El calvario de Natalia con el novio que decapitó su cadáver: "La maltrataba psicológicamente y una vez casi le parte el tabique"

  • Auxiliar de enfermería y licenciada en farmacia, la mujer de 46 años trabajaba cuidando a ancianos y tenía dos hijos en Colombia

  • Su exnovio, Leonel Herrera confesó haberla matado, decapitado y mutilado: "Algo debió decirle para que se subiera en esa furgoneta; quizás le habían amenazado"

  • Este viernes buceadores de los GEAS buscan los restos de la mujer mientras el supuesto cómplice pasa a disposición judicial

Natalia Mosquera había llegado a España hace cuatro años. Colombiana, había dejado en su país a sus dos hijos tratando de encontrar un futuro mejor. Vivía en Marbella. Era auxiliar de enfermería y licenciada en farmacia. Se ganaba la vida cuidando a ancianos. El pasado 8 de diciembre cumplió 46 años. "La familia le hizo una llamada para decirle lo joven y linda que seguía. Era una mujer humilde, guerrera. Sacó adelante sola a sus niños, prendida de la mano de Dios. Era muy devota", cuenta a Nius su sobrina Karen Etayo desde Cali, la ciudad en la que había nacido.

El pasado mes de julio la mujer comenzó una relación con un Leonel Herrera, un compatriota de 45 años, que trabaja como ingeniero. Cuatro meses más tarde ella decidió poner fin al noviazgo. "Le contó a mi abuela que había conocido a un señor. Luego que era grosero, agresivo. Empezó a maltratarla psicológicamente y luego a agredirla. Esto ha sido muy macabro", señala la joven.

Sabían por el calvario que estaba pasando. Uno de sus hijos relata: "Es un psicópata lunático, que le quitó la vida porque ella no quería estar a su lado. Él le habló de Dios y eso le dio a ella confianza. Mi madre era testigo de Jehová, muy religiosa. Empezaron a salir y poco después ella empezó a notar un comportamiento raro y posesivo. Le amenazaba y decía cosas que a ella le asustaban. Entonces se le encendió la alarma y decidió alejarse de esa persona. Pero él la perseguía, acosaba y amenazaba. Hasta que un día le golpeó en la cara y casi le parte el tabique. Ella se armó de valor y pidió ayuda a su hermano, que le acompañó a la comisaría.

Fue el 19 de diciembre. El hombre no tenía antecedentes. Fue detenido. Después de un juicio rápido, el juez le condenó a seis meses de prisión y le impuso una orden de alejamiento que le prohibía comunicarse o acercarse a la víctima durante otros 16 meses.

El crimen

"Ella quería dejarle. Notaba algo malo de él. Algo debió decirle para que se subiera en esa furgoneta con su otro amigo, en el que Natalia si confiaba. Quizás le habían amenazado con hacerle algo a ella, o a sus hijos en Colombia. Es un desgraciado", lamenta su sobrina.

Leonel confesó que la había matado ante la atenta mirada de una quincena de policías sobre la arena de la playa. Se escondió detrás de unas dunas. Después de matarla, le cortó la cabeza y las manos, que lanzó al mar. También le arrancó un tatuaje que tenía en el abdomen y le produjo un corte para facilitar la expulsión de los gases. Finalmente se metió al agua con el cuerpo en los brazos tratando de deshacerse de él.

Un pescador encontró el cuerpo flotando entre unas rocas el pasado 8 de enero. Ahora sus hijos tratan de reunir medios económicos para poder financiar el entierro y viajar a España para poder despedirse de su madre.

En el registro del domicilio de Leonel la Policía encontró una radial y herramientas que están siendo analizadas y el juez decretó su ingreso provisional, comunicado y sin fianza en prisión, acusado de homicidio y quebrantamiento de condena por saltarse la orden de alejamiento. Está en la cárcel de Alhaurín el Grande, donde este viernes será evaluado por el equipo técnico.

Su amigo y supuesto cómplice pasará a disposición judicial en las próximas horas mientras buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil han empezado a buscar los restos de la mujer en el mar. El fuerte oleaje y el viento de levante sacaron a la orilla el cadáver, a cuatro kilómetros del escenario del crimen, permitiendo el hallazgo. Natalia es la quinta víctima mortal de la violencia machista en España desde que comenzó el año.

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